Si puede decirse que fue relativamente breve en el tiempo el enfrentamiento entre Roma y Cartago que tuvo lugar en la península ibérica, no lo fue en absoluto el dominio completo de Hispania por parte de Roma. Es más, a los romanos les llevará unos dos siglos.

Ello fue debido especialmente a la resistencia de los diferentes pueblos y tribus íberas, que, en muchos casos, hicieron frente común contra la potencia extranjera y su dominación. Entre otras razones, ello se debía a que verse vencidos y derrotados por Roma suponía para muchos la esclavitud y su desaparición.

El proceso de conquista romano de Hispania se divide, para su estudio, en tres periodos.

• Primera etapa: 218-197 a. C.
• Segunda etapa: 197-29 a. C.
• Tercera etapa: 29-19 a. C.

Una primera fase se desarrolla entre el 218-197 a. C., la cual coincidió con la segunda guerra púnica y la salida de los cartagineses, con lo que el levante y sur peninsular cayeron en manos romanas.

La segunda fase fue la más extensa en el tiempo, ya que tuvo lugar entre el 197 y el 27 a. C. El periodo comenzó con una rebelión de íberos en el valle del Ebro, por lo que quedó claro que la conquista del interior peninsular iba a costar más de lo que inicialmente se pensó. Una de las grandes resistencias estuvo protagonizada por los lusitanos, y por su líder Viriato. Viriato derrotó en más de una ocasión a las legiones romanas en su intento de conquistar la Meseta utilizando la táctica de la guerra de guerrillas. Finalmente, Viriato fue traicionado y asesinado. Sin líder, Roma consiguió su objetivo.

En el año 133 a. C. tuvo lugar otro de los momentos épicos de la conquista romana. Los arevacos resistieron a Roma en su capital, Numancia (Soria). Tras un asedio de un año, finalmente los habitantes que sobrevivieron al hambre y a todo tipo de penalidades se entregaron. 

Por último, la tercera fase, ya en tiempos de Octavio Augusto, se completaba la conquista con el sometimiento de los pueblos de la cornisa cantábrica: astures, cántabros y vascones, los cuales fueron derrotados en las Guerras Cántabras. Sin embargo, debido al entorno geográfico y a la resistencia demostrada, el sometimiento nuca fue completo. Los romanos decidieron, pese a todo, dar por concluida la conquista de Hispania.