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La administración de Hispania

Los romanos organizan Hispania

Es conocida la eficacia romana. Y dicha eficacia fue puesta al servicio de la organización territorial de de la parte de la península que los romanos fueron conquistando. La división provincial de Hispania fue un proceso llevado adelante en paralelo a la conquista, de ahí que, cuando la conquista concluyó, toda Hispania estaba ya organizada y administrada por las autoridades romanas, tal y como habían hecho en otras áreas del Mare Nostrum.

La organización territorial de Hispania fue la provincial, si bien fue evolucionando con el tiempo apareciendo más provincias, pero manteniendo una serie de rasgos en el tiempo, como, por ejemplo, la figura del procónsul, gobernador encargado de dirigirla desde un punto de vista administrativo, judicial y militar.

La primera división fue la más sencilla, correspondiendo a los comienzos de la conquista. Dos son las provincias en las que dividieron el territorio: la Hispania Citerior con capital en Tarraco y la Hispania ulterior con capital en Corduba. Aquí comenzó a aparecer un elemento esencial en la ocupación del territorio y que formó parte de la presencia romana durante muchos siglos: las ciudades.

Tras las campañas de Augusto que supusieron el dominio prácticamente total del territorio peninsular, apareció una nueva división provincial en la que se pasó de dos a tres provincias: Tarraconensis, Baetica y Lusitania. A las capitales, anteriormente nombradas, se unió Emerita Augusta, la Mérida actual.

Mapa de la Hispania Romana en la época de Augusto
Banco de imágenes y sonidos (INTEF) / José Alberto Bermúdez. Mapa de la Hispania Romana en la época de Augusto (CC BY-NC-SA)

La división de Augusto perduró hasta finales del siglo III, cuando el emperador Diocleciano volvió a dividir la organización provincial anterior, quedando del siguiente modo: de las tres provincias anteriores se unieron dos más: Gallaecia con capital en Bracara Augusta, la actual Braga en Portugal y Carthaginensis con capital en Carthago Nova, la actual Cartagena. Al ver el mapa adjunto se comprueba que realmente la provincia que fue perdiendo territorio en favor de las dos últimas fue Tarraconensis. En el siglo IV todavía apareció una nueva provincia: Balearica.

Mapa de la Hispania Romana en la época de Diocleciano
Banco imágenes y sonidos (INTEF)/ Jośe Alberto Bermúdez. Mapa de la Hispania Romana en la época de Diocleciano (CC BY-NC-SA)

Hispania: un territorio de ciudades

Al igual que ocurriera en el resto del territorio dominado por los romanos, las ciudades se convirtieron en el eje vertebrador del espacio conquistado y administrado. La geografía peninsular estuvo repleta de ciudades romanas. Existieron dos tipos. Por un lado, estaban las colonias, que fueron ciudades creadas por Roma, cuyos habitantes a todos los efectos tenían los mismos derechos que los ciudadanos de Roma. Y en segundo lugar, los municipios o ciudades estipendiarias, construidas sobre ciudades ya preexistentes y que pagaban el estipendio por haberse resistido a Roma. Las diferencias de ciudadanía desaparecieron a finales del siglo I d. C, cuando Vespasiano concedió la ciudadanía romana a todas las ciudades de Hispania.

Plano ideal de Emerita Augusta
Wikimedia Commons / Elemaki. Plano ideal de Emerita Augusta (CC BY)

Dos ciudades destacaron por el tamaño y el esplendor que alcanzaron. Una fue Emerita Augusta, es decir, Mérida, y la otra Tarraco, Tarragona. En ambos casos se vieron favorecidas por las autoridades construyendo grandes edificios públicos, como el teatro de Mérida, u obras de ingeniería, como el acueducto de Les Ferreres, que, en el caso de Tarraco, garantizó agua para sus ciudadanos.

Acueducto de Les Ferreres
Wikimedia Commons / Alberto-g-rovi. Acueducto de Les Ferreres (CC BY-SA)

Y si habían ciudades, también había una red de calzadas que las unía. Algunas que destacaron fueron: la Vía Augusta, que unía Roma con Cádiz, o la Vía de la Plata, que conectaba Astorga y Emerita Augusta.

La ciudad romana y el ejército

Maqueta del Fuerte Deutz en Kennedy-Ufer en Cologne-Deutz
Wikimedia Commons/ Michael Musto.
Maqueta del Fuerte Deutz en Kennedy-Ufer en Cologne-Deutz (CC BY-SA)

La mayoría de las ciudades romanas de nueva construcción correspondían a una estructura militar propia de un castrum. Si has estado atento, la propia Emérita Augusta tuvo en militares su origen, pero también Córdoba, León... Investiga y contesta a las siguientes cuestiones.

  1. ¿Qué forma tenía el castrum?
  2. ¿Qué dos ejes dividían la ciudad?
  3. ¿Qué ventajas defensivas presentaba el castrum?
  4. Cita ejemplos de ciudades con estructura de castrum.
  5. Aporta información extra y las curiosidades que consideres.
Ciudades romanas en Italia y Dalmacia
Wikimedia Commons / Internet Archive Book Images. Ciudades romanas en Italia y Dalmacia (CC0)

Toca nuestro famoso... ¡¡¡Verum aut falsum!!!

Pregunta 1

Hasta que Roma no dominó toda Hispania no comenzó la organización territorial.

Pregunta 2

El procónsul se encargaba de la administración judicial y militar de toda Hispania.

Pregunta 3

En la primera división de Hispania, Hispania citerior tenía como capital Corduba, e Hispania ulterior, Tarraco.

Pregunta 4

Con Julio César se pasó de dos a tres provincias.

Pregunta 5

Con Diocleciano se alcanzaron 5 provincias: Tarraconenesis, Baética, Gallaecia, Lusitania y Cartaginense.

Pregunta 6

Los municipios eran ciudades de nueva planta.

Pregunta 7

Emerita Augusta fue la capital de Lusitania y una de las ciudades más importantes.

Pregunta 8

La Vía Augusta confirma la idea de "todos los caminos conducen a Roma"