Factores que tener en cuenta
La huella ecológica individual, el efecto de nuestro estilo de vida sobre el planeta, tiene mucho que ver con cuatro aspectos, fundamentalmente:
- Cómo nos movemos. La frecuencia y la longitud de los recorridos que realizamos en nuestra rutina semanal, así como los desplazamientos que hacemos estacionalmente, son una fuente importante de impacto sobre el ecosistema terrestre, como consecuencia de la emisión de gases de efecto invernadero, que están detrás del calentamiento global y, por tanto, del cambio climático. El tipo de medio de transporte tiene mucha importancia. Así, un único viaje anual en avión puede resultar más perjudicial que pequeños viajes cotidianos en transporte público para ir a trabajar o estudiar.
- Cómo comemos. La producción de alimentos es la actividad que más cantidad de territorio utiliza, tanto terrestre como marino. Además, las modernas tecnologías de cultivo, cría y captura generan algunos de los impactos más graves sobre los ecosistemas, como son la sobreexplotación pesquera, la pérdida de biodiversidad o la contaminación de los suelos y las aguas. Además, el transporte, refrigerado, distribución y venta de los productos alimentarios produce enormes emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, consecuencia especialmente de la globalización del sistema agroalimentario. En general, puede afirmarse que las dietas con menor impacto en el planeta son aquellas que no abusan de la proteína de origen animal, que se decantan por productos de temporada y de producción local o de cercanía.
- El uso que hacemos de la energía. Calentarnos, cocinar, lavar la ropa, iluminarnos o incluso divertirnos, son actos cotidianos que requieren energía para llevarlos a cabo y, por tanto, tienen un impacto sobre el planeta en forma de emisiones de CO2. Un uso eficiente de la energía pasa por la elección de tecnologías limpias para su producción pero también, y sobre todo, por un consumo responsable, reduciendo al máximo la demanda energética y creando infraestructuras pasivas de ahorro.
- Cómo consumimos bienes y servicios. En un mundo globalizado, la producción industrial, el transporte de mercancías y el uso de Internet y las nuevas tecnologías son tres de los factores que ahondan en el problema de las emisiones de gases de efecto invernadero, además de ser fuente de algunos de los contaminantes más nocivos y de requerir de grandes cantidades de recursos que muchas veces están en camino de quedar fuera del alcance de la humanidad en unas cuantas décadas.
A pequeña escala
Parejas
Más cálculos...
Teniendo en cuenta esas premisas, vamos a calcular, por parejas, nuestra huella media.
Recordad, solo tenéis que sumar el dato de cada uno de los miembros de la pareja y dividirlo entre dos.
Así, la huella de la pareja (HP) sería la suma de la huella del miembro 1 de la pareja (H1) + huella del miembro 2 de la pareja (H2):
\[H_1 + H_2 = H_P\]
por tanto, la huella media de la pareja:
\[\bar H_P = \frac{H_P}{2}\ \to\ \bar H_P = \frac{H_1 + H_2}{2}\]
¡Genial! ¿Ya lo tenéis? Lo podéis anotar en el mural colaborativo.
¿Qué os ha parecido? ¿Esperabais esos resultados?
Si comparamos nuestra huella con las del resto de parejas... ¿Encontráis muchas diferencias?
¡Nuestra clase pisa fuerte!
¿Qué tal si ahora calculamos la huella ecológica de la clase?
De forma similar a los cálculos anteriores, podemos sumar las huellas medias de cada una de las parejas de la clase y dividir esa suma por el número de parejas (n) de la siguiente forma. Si tenéis alguna duda, preguntad al profesor o profesora:
\[\frac{\bar H_{P_1} + \bar H_{P_2} + \bar H_{P_3} + ... + \bar H_{P_n}}{n} = \bar H_C\]
¡Perfecto! Una vez realizado, lo anotamos también en nuestro mural colaborativo para que podamos verlo todos y todas, y así, darnos cuenta del efecto que tiene nuestro estilo de vida individual y grupal sobre el planeta.
Ahora, vamos a compararlo con los datos que obtuvimos para España y otros países. ¡Cuánta desigualdad! ¿A qué creéis que se debe?
A nivel global
Gran grupo
El diálogo: ¿alguna solución?
¡Exacto! Como hemos visto, todo depende de lo que comemos, de la forma de movernos, de cómo usamos la energía y de la forma de consumo. Por tanto, si cambiamos la manera en que lo hacemos, podemos cambiar también «la profundidad» de nuestra huella.
Entonces, teniendo en cuenta estos aspectos, ¿crees que puedes hacer algo para mejorar tu propia huella ecológica? ¿Y qué crees que puede hacer tu pareja?
¿Cómo creéis ambos que afectarían esos cambios al resto de la clase? ¿Y al resto de tu pueblo o ciudad? ¿Al resto de España? ¿Y al mundo?
Vamos a debatirlo; seguro que entre todos y todas surgen brillantes ideas para mejorar nuestra huella, al menos a nuestra escala, y ver la repercusión que pueden tener esos cambios en el resto del planeta.
Reflexionamos y concluimos
Para finalizar el coloquio, vamos a tratar de responder entre todos y todas algunas preguntas:
- ¿Es concebible que comamos menos carne de la que comemos para reducir nuestro efecto sobre el planeta?
- ¿Sabríais decir de dónde vienen gran parte de los siguientes alimentos: kiwis, piñas, garbanzos, aguacates, etc.?
- Y la mayor parte de la ropa que compramos, ¿sabéis dónde se fabrica?
- ¿Creéis que podríamos abastecernos de todo lo que compramos pero producido a menos de 100 km de aquí?
- ¿Qué efecto tendría esto sobre los países que ahora producen alimentos y otras cosas para nosotros?
- ¿Qué creéis pasaría si los 8000 millones de personas que hay en el mundo quisieran hacer un viaje en avión para sus vacaciones?
- ¿Qué podríais cambiar cada uno de vosotros y vosotras para aminorar vuestra huella ecológica?
- ¿Qué cambios deberían suceder en nuestro entorno para aminorar la huella que tenemos como colectivo? ¿Quién tiene la responsabilidad de hacerlo?
Una vez respondidas, apuntaremos las principales conclusiones en nuestro «mural colaborativo digital cronológico».