La crisis se dio desde los diferentes ámbitos y tuvo diversas causas:

• Una crisis económica que provenía de las dificultades agrarias, industriales y comerciales.
  • Agricultura: se conoció un periodo de recisión agraria debido a unas malas cosechas que, en parte, se pueden explicar por las condiciones climáticas del momento (la pequeña Edad de Hielo). Además, el mantenimiento de la agricultura de subsistencia, que no generaba excedentes, empeoraba todavía más esta situación. Así, se experimentó un descenso en la producción, por lo que, cuando los alimentos empezaron a disminuir, su precio aumentó.
  • Industria y comercio: la actividad urbana industrial y el comercio quedaron paralizado por las crisis políticas, especialmente en la cuenca mediterránea. Ello también supuso una reducción de los productos manufacturados y un aumento de su precio.

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  Una crisis demográfica.
  • La carestía de alimentos llevó a la aparición de hambrunas. Estas, a su vez, hicieron que la gente tuviera menos resistencia a las enfermedades, por lo que la mortalidad aumentó.
  • A todo ello le debemos sumar la continuidad de las epidemias y la aparición de un nuevo brote de peste negra. 
  • Además, en algunos países parte de la población emigró a América y las continuas guerras causaron también muchas bajas.

No obstante, para algunos historiadores no se trató de una crisis o caída de la población, sino de una paralización del crecimiento que se venía experimentando desde el siglo XVI.

• Una crisis política: como ya sabes, las guerras eran una constante en la Edad Moderna.
  
  • Destacaron las de los católicos y protestantes en el territorio europeo. Además, las diferentes potencias luchaban por su posición hegemónica y los enfrentamientos se sucedían. Entre ellas, la más importante fue la Guerra de los Treinta Años (1618-1648).
  • Las guerras causaban la muerte de los soldados, pero, además, también suponían el saqueo de las ciudades, la interrupción del comercio, la falta de alimento y un gran gasto para el Estado. En definitiva, los conflictos bélicos contribuían a agravar la crisis económica y demográfica.

La crisis económica afectó a la sociedad estamental e hizo que las clases dominantes y el Estado aumentaran los impuestos a la población para mantener sus rentas. Este hecho agravó la situación de hambre y de dificultad de las clases no privilegiadas, llegando a la penuria en muchos casos. La población quedó endeudada y las diferencias sociales aumentaron.

Debido a esta degradación de las condiciones sociales, los conflictos, levantamientos y las revueltas populares rurales y urbanas se sucedieron en diferentes lugares y con características distinas. Pero en la mayoría de las ocasiones fueron rápidamente sofocados por el ejército y no consiguieron sus objetivos.