El contexto previo
Uno de los aspectos que hay que tener en cuenta en relación al imperio español es que la inmensa mayoría de los territorios controlados desde Madrid se perdieron a principios del siglo XIX, en una serie de episodios conocidos genéricamente como "la emancipación americana". De las extensas posesiones españolas, a finales de dicho siglo España solo mantenía Cuba y Puerto Rico en el Caribe, junto con Filipinas, la isla de Guam y los archipiélagos de las Marianas, Carolinas y Palaos en el Pacífico.
Las islas antillanas habían especializado su economía en los cultivos de la caña de azúcar y del tabaco. La tierra estaba concentrada en pocos terratenientes, y era trabajada por mano de obra esclava. Además, España se beneficiaba del monopolio de la producción de sus islas. Dicho monopolio pivotaba sobre dos elementos:
- De un lado, los elevados aranceles impedían a las colonias competir en otros mercados, como por ejemplo el de su vecino Estados Unidos.
- De otro lado, las colonias españolas se veían obligadas a importar productos peninsulares (sobre todo de Cataluña y Castilla la Vieja).