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Tensiones sociales

 

Al principio del siglo XX la población española creció constantemente, desde los 19 millones en 1900 hasta los 24 en 1930. No obstante, los problemas económicos y sociales obligaron a muchos a emigrar:

  • Dentro del país, miles de personas se mudaron del campo a la ciudad para trabajar en las fábricas. Como resultado, ciertas ciudades crecieron rápidamente (Madrid, Barcelona, Bilbao).
  • Muchos españoles emigraron a América Latina, debido al desempleo rural y a la falta de oportunidades. Una parte importante de estos emigrantes eran de Galicia. De ahí que, hoy en día, se conozca como "gallegos" a los españoles en algunas regiones americanas -como Venezuela o Argentina-, independientemente de su procedencia. 

El aumento de trabajadores urbanos llevó a que estos se organizaran en sindicatos para defender sus intereses. Mientras, en el medio rural, los caciques siguieron controlando el voto de sus trabajadores. Por su parte, la clase media urbana, formada por abogados, médicos, funcionarios y empresarios, también creció.

Fotografía de manifestación de faeneras en Málaga, 1918
Wikimedia Commons/La Unión Ilustrada. Manifestación de faeneras en Málaga, 1918 (Dominio público)

Tanto en la ciudad como en el campo había una enorme desigualdad entre ricos y pobres. El boom económico durante la Primera Guerra Mundial hizo que muchos empresarios y banqueros se enriquecieran muchísimo, mientras que el campesinado del sur permanecía extremadamente pobre. Esta desigualdad fue una de las razones por las que algunos grupos radicales, incluyendo los anarquistas, ganaran muchos afiliados entre los campesinos y los obreros.

No obstante, el movimiento obrero consiguió algunas mejoras laborales:

  • El reconocimiento legal de los sindicatos.
  • La jornada laboral de 8 horas y la semana laboral de 6 días.
  • El establecimiento de pensiones para trabajadores jubilados.
  • Leyes para regular el trabajo femenino e infantil.

En busca de un futuro mejor

No todos los países recibieron el mismo número de emigrantes. Entre 1882 y 1930 Argentina y Cuba fueron el destino preferido. Brasil, Uruguay, México y Chile constituyeron destinos secundarios en esta etapa, pero en ellos también se formaron numerosas colonias de españoles.
Argentina fue el país de preferencia, absorbiendo la mitad del flujo migratorio. Se trataba de un país en expansión con una fuerte demanda de mano de obra en el sector primario, que trataba de satisfacer mediante una política poblacionista. Abrieron oficinas de Información para captar emigrantes en Madrid, Barcelona y Pontevedra, así como en otros países europeos e incluso construyeron un Hotel de Inmigrantes en Buenos Aires donde el recién llegado tenía derecho a manutención y alojamiento por unos días, además de facilitar el transporte y la colocación de quienes lo necesitasen.
El gobierno brasileño desarrolló también una política poblacionista y de atracción de inmigración subvencionada, con el fin de contrarrestar la pérdida de mano de obra en los cafetales por la abolición de la esclavitud. La Sociedade Promotora de Inmigraçao se dedicó a la información y promoción de la emigración a través de las Agendas de Propaganda, como la que se fundó en Málaga en 1896. En ella se ofrecía gratis el pasaje, un contrato por un año en una plantación de café y alojamiento gratuito.

Fragmento del informe La emigración española en América: historias y lecciones para el futuro. Coord.: Mª Ángeles Sallé Alonso, pág. 26. 

En base a lo leído en el texto propuesto, debes elaborar un escrito propio (de unas 100 palabras) sobre los motivos que llevarían a un español de principios del siglo XX a abandonar su hogar y su familia para vivir en un país a miles de kilómetros de distancia. 

Para más ayuda, se recomienda leer también las páginas 22-24 del documento original (enlazado al final del texto).