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España a principios del siglo XX

La quiebra del turnismo

La imagen de España en los últimos años del siglo XIX es la de un país atrasado social y económicamente, con un régimen político que, aunque no era anómalo en Europa (países vecinos como Portugal o Italia tenían sistema políticos similares), mostraba claros síntomas de agotamiento. Un punto de inflexión se producirá en 1898, cuando España pierde los restos de su imperio de ultramar tras la guerra contra Estados Unidos. Este episodio es conocido como el “Desastre del 98”, y puso de relieve la necesidad de modernización económica y política del país.

En este contexto, algunos políticos e intelectuales españoles impulsaron cambios para modernizar el Estado. A este impulso se le conoce como “regeneracionismo”. En esta situación, los problemas que surgen nos permiten explicar los sucesos que tendrán lugar en el periodo 1898-1923.

El sistema del turnismo, ideado por Antonio Cánovas del Castillo sigue dominando la política oficial. Las elecciones se amañaban mediante el uso del caciquismo y el pucherazo, y los sucesivos gobiernos salían de los dos partidos (liberal y conservador) que se turnaban en el poder gracias a técnicas como la del encasillado

Caricatura con Cánovas y Sagasta sobre el turnismo, con una alegoría de España soportando a los dos políticos balanceándose sobre su espalda
Wikimedia Commons/Ilustración en El Motín. Caricatura que representa en sistema del turnismo. La mujer es una alegoría de España, y los políticos son Cánovas y Sagasta (Dominio público)

El sufragio universal se instauró en 1890, pero el turnismo hacía imposible cualquier cambio profundo. El desorden político era creciente, en parte porque los trabajadores y campesinos españoles tenían unos niveles de vida muy bajos. Algunos anarquistas recurrieron al uso de la violencia, llegando a asesinar a Cánovas del Castillo en 1897.

Al morir Alfonso XII en 1885, su mujer María Cristina, encinta del futuro rey,  asumió la regencia durante diecisiete años, hasta que Alfonso XIII fue declarado mayor de edad en 1902.

Como hemos visto, conservadores y liberales se turnaban el poder, pero muchos grupos se oponían al sistema bipartidista:

  • Republicanos: que querían una república democrática y estaban apoyados por las clases medias urbanas.

  • Anarquistas: apoyados por trabajadores urbanos y jornaleros (sobre todo en Andalucía), y cuyo principal sindicato era la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT).

  • Socialistas: su principal partido era el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que creía en las ideas marxistas revolucionarias. Contaban con un sindicato, la Unión General de Trabajadores (UGT), fundado en 1888. Sus apoyos sociales estaba principalmente en los trabajadores urbanos y del sector minero. En 1921 nació, de una escisión del PSOE, el Partido Comunista Español (PCE), cercano a la ideología leninista que había aupado a los bolcheviques al poder en Rusia.

  • Nacionalistas vascos y catalanes:  reclamaban la independencia para el País Vasco y Cataluña, amparándose en las peculiaridades culturales y la ideología nacionalista que triunfó en el siglo XIX en toda Europa. Los principales partidos de este tipo eran el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y la Liga Regionalista de Cataluña (la Lliga).