Las variedades de la lengua, como ya sabemos, pueden venir influenciadas por factores sociales, culturales o de la situación comunicativa. En este caso, vamos a abordar las variaciones que se producen en la lengua debido a la extensión por diferentes territorios y el contacto con otras lenguas preexistentes o coetáneas.
Para arrancar, comenzaremos aclarando algunos conceptos que nos permitan situarnos:
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En primer lugar, nos centramos en la propia lengua. Aunque desde un punto de vista histórico todas las lenguas derivan de las anteriores, para poder definir este concepto, además de la existencia de una comunidad de hablantes, recurriremos a varias condiciones que tienen que cumplirse:
- Diferenciación clara respecto a otras lenguas.
- La existencia de una norma lingüística que permita el entendimiento entre todos los hablantes de una forma homogénea.
- Producción literaria escrita en dicha lengua.
Estas cuatro características al completo solo las alcanza en su conjunto aquello que denominamos como lengua.
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Un dialecto, por su parte, es una variedad de una lengua en determinado territorio y presenta en menor medida las características anteriores, es decir:
- No está diferenciada, sino subordinada a otra lengua de rango superior.
- No existe una norma única que homogeneice los rasgos.
- La producción literaria escrita es escasa o inexistente.
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Las hablas regionales o locales tienen un ámbito geográfico y de diferenciación aún menor.
Como contexto para hablar de las variedades diatópicas del español, vamos a centrarnos en el caso de España. Contamos en todo el territorio nacional con una lengua que nos une y que todos tenemos el derecho y el deber de conocer y utilizar: el español. No obstante, en algunas comunidades autónomas, además existen algunas lenguas adicionales de uso generalizado y que están recogidas en sus estatutos de autonomía y a las que llamamos lenguas cooficiales.
- Tal es el caso del gallego en Galicia, también lengua romance, es decir, que proviene del latín y que tiene influencias de las lenguas en contacto como el portugués o algunos dialectos históricos de las zonas de Asturias y Castilla y León.
- El euskera en el País Vasco y parte de Navarra, aunque su influencia se extiende también a territorios de parte del sur de Francia. Es una lengua de origen desconocido y sin relación con el latín .
- En Cataluña, tienen este estatus el catalán, de uso extendido por toda la región, y el aranés, localizado en el Valle de Arán en Lérida. El catalán también tiene carácter cooficial en las Islas Baleares. Ambas lenguas tienen influencias de su contacto con el francés.
- En la Comunidad Valenciana, se reconoce como lengua propia el valenciano, idioma diferenciado del catalán a pesar de su cercanía con el catalán, pero que cumple con las normas que antes desglosamos para ser considerada como una lengua.
Al centrarnos en el caso de las variedades del español en España hablaremos, en primer lugar, de las variedades del castellano septentrionales. Se trata de aquellas que ocupan la mitad norte peninsular y que se extienden desde la vertiente cantábrica hasta Castilla-La Mancha.
Es importante dejar claro, para no tener que recalcarlo en cada momento que, tanto en este caso, como en los que comentaremos más adelante, los rasgos no se dan de manera uniforme al tratarse de una amplia región geográfica que, además, en cada uno de sus márgenes, está en contacto con otras variedades.
Generalmente, podemos encontrar algunos rasgos distintivos como:
- La diferenciación de los sonidos “c/z” y “s”. Esto se completa con una “s” silbadora fuerte.
- Más marcado en algunas zonas, el laísmo y leísmo.
- Un creciente yeísmo, aunque en alguna zonas sí que se distingue entre “ll” e “y”.
- Con la -d final de las palabras se da tanto la pronunciación interdental a modo de “z” (verdaz por verdad) en la zona central, como su pérdida (capacidá) en la zona norte.
- Pérdida de la -d- intervocálica en los participios acabados en -ado, como en “llegao”.
Esta variedad septentrional del castellano se completa con los llamados dialectos históricos del latín. En primer lugar, destacamos el asturleonés que se extiende en la parte norte en contacto con Galicia, Portugal y el norte de Castilla. Destacan por su vigencia e intento de normalización las hablas asturianas o bables, con algunos rasgos distintivos como el cierre de la vocal -o en -u al final de las palabras, los plurales femeninos en -es, la conservación de diptongos latinos o los diminutivos en -ín, además, por supuesto, de la utilización de léxico propio.
En la parte noreste encontramos las hablas o fablas aragonesas. Algunos de sus rasgos son la utilización de los pronombres personales tónicos tras preposición, la preponderancia del sufijo diminutivo -ico, o el mantenimiento de la f- inicial que el castellano convirtió en h-.
Pasamos ahora a las variedades meridionales que se dan fundamentalmente en Extremadura, Andalucía, Murcia y Canarias. Aun con dificultad, podemos establecer como rasgos comunes:
- Relajación o pérdida de la s al final de sílaba o palabra.
- Rotacismo entre las consonantes l y r al final de sílaba o palabra.
- Pérdida de la -d- intervocálica (partío por partido) o antes de r (piera por piedra).
- Yeísmo, es decir, no se hace distinción entre los sonidos ll e y.
- El rasgo menos uniforme sería que dependiendo de la zona se produce tanto el seseo, como el ceceo o la discriminación entre ambos sonidos.
En las variedades meridionales podemos encontrar las hablas de transición, como el extremeño o el murciano. Se denominan así al tener notables influencias de las variedades septentrionales. Este hecho incluso provoca notables diferencias en dichas regiones en las zonas más cercanas al norte o al sur.
En el caso de Andalucía, estableceremos las hablas andaluzas debido a la variedad en función de la zona. Tienen la particularidad de conformar un dialecto del castellano en lugar de provenir directamente de latín, aunque en el siglo XVI se establece una norma sevillana diferenciada de la toledana, que se extenderá posteriormente tanto a Canarias como a América. Además de los rasgos comentados anteriormente, podemos destacar:
- Diferenciación etimológica en los pronombres le, la, lo.
- Utilización de ustedes por vosotros sin variación en la conjugación verbal.
- Aspiraciones de la G y J iniciales.
- Amplia representación en el léxico de la influencia árabe.
En el caso del canario, es también una variedad meridional del castellano similar al andaluz y a la variedades americanas, a las que incluso asemeja más su pronunciación. Aquí está aún más extendido que en el andaluz el uso de ustedes y en el léxico se nota la influencia americana, portuguesa y del guanche originario de las islas.