El arte románico
El románico es el estilo artístico imperante en la cristiandad desde el siglo XI hasta inicios del XIII. Su nombre es despectivo, pues durante el Renacimiento se le consideró una mala copia del arte romano, de ahí el sufijo -ico después de la raíz del nombre.
Actualmente esta visión está en desuso, ya que supuso la "vuelta" del arte después del colapso del Imperio Romano. Entre los siglos VI y XI, coincidiendo con las invasiones bárbaras, no se produjeron obras relevantes que llegaran hasta nosotros, o al menos de la monumentalidad de las de la antigua Roma. Es un estilo que refleja claramente la sociedad de la época, feudal y de tipo estamental, en la que la religión tiene un papel fundamental. De hecho, la Iglesia Católica será el principal cliente de los maestros.
Las principales características del arte románico son las siguientes:
- Es de carácter propagandístico y está al servicio del poder. De hecho, la Iglesia y, en menor medida, los reyes serán los principales promotores de estas obras.
- La arquitectura es la manifestación artística más importante del románico, estando subordinas a ella la pintura y la escultura. No en vano, estas se amoldan al espacio arquitectónico.
- Es un estilo antinatural, pues representa la realidad de manera idealista, siendo esa característica común a la pintura y la escultura.