Los territorios hispánicos de la Corona de Aragón
El gran salto hacia tierras de al-Ándalus se dio durante el largo reinado de Jaime I El Conquistador, entre los años 1218 y 1276. Después de la muerte de su padre en la batalla de Muret del 1213, la Corona de Aragón giró su vista hacia territorios andalusíes. Más en concreto, hacia las islas Baleares y la ciudad de València.
En primer lugar, y con la ayuda de los nobles catalanes, Jaime I conquista la isla de Mallorca entre el 1229 y el 1232, para posteriormente ocupar las islas Pitiusas (Ibiza y Formentera) en el 1235. Quedará la isla de Menorca, cuyo rey islámico se declarará vasallo del soberano de Aragón, no siendo conquistada hasta el 1287. Estas islas serán repobladas en su mayor parte por catalanes y dotada de leyes e instituciones similares a las del Principado.
Por contra, la conquista y creación del reino de València fue un periodo más dilatado en el tiempo en el que la corona de Aragón tuvo que hacer frente a los musulmanes y a las ansias expansionistas castellanas. La acción se precipita en el año 1231, cuando el noble Blasco de Alagón ocupa Morella, lo que motivará al rey a iniciar la ofensiva militar. Así, después de un prolongado sitio, en el 1238 entra en València. A partir de ahí se suceden las disputas y los acuerdos con Castilla por la frontera sur, fijando los actuales límites con Murcia en el 1305.
El territorio conquistado se constituyó en reino con leyes y cortes propias, adoptando el nombre su principal ciudad, València. Fue repoblado por gente de procedencia muy diversa, aunque predominaron los catalanes en el litoral y los aragoneses en el interior, lo que explica la dualidad lingüística posterior, con un litoral de predominio idiomático valenciano-catalán y un interior de habla castellana.
Con estas conquistas concluye la formación de los territorios hispánicos de la corona de Aragón y se procederá a la fase de expansión mediterránea.