"No habrá ningún barco ni galera, ni siquiera pez, que se atreva a enseñar la aleta si no lleva la señera de las cuatro barras" .
Palabras de Roger de Lauria a Pedro II
Una vez conquistados y creados de los reinos de Mallorca y València, la Corona de Aragón verá truncado su crecimiento peninsular al colisionar con Castilla en territorio murciano. Fijadas las fronteras en 1305 y frenada su expansión hacia el sur, la única vía de expansión será la marítima. Que, excepto Zaragoza, sus principales ciudades fueran marítimas, como Barcelona, València o Palma, explica también este hecho.
El primer territorio controlado fue Sicilia, isla con una situación estratégica y de vital importancia por ser considerada el granero del Mediterráneo. En el 1262, Constanza de Sicilia, hija del rey Manfredo I, se casó con el infante Pedro de Aragón, aunque cuatro años después Carlos I de Anjou arrebata el trono de la isla a Manfredo. En 1282, se producirá una revuelta para defender los derechos de Constanza, ya reina de Aragón, lo que convertirá a Pedro en rey de la isla.
La siguiente en incorporarse fue Cerdeña, cuando Jaime el Justo protagonizó una campaña militar entre los años 1323 y 1326, arrebatando la isla a la influencia de Génova y Pisa, rivales comerciales de la Corona de Aragón.
En 1410, fallece sin descendencia Martín el Humano, por lo que en 1412 se convoca en Caspe a tres altos representantes de cada territorio, Cataluña, Aragón y València. Finalmente, eligen a Fernando de Antequera, de la familia de los Trastámara, como nuevo rey de la corona de Aragón.
Por último, en tiempos de Alfonso el Magnánimo, rey de Aragón de la dinastía Trastámara, la corona alcanza su máxima expansión. De esta manera, con la intervención en Córcega del 1420 y sobre todo con la conquista de Nápoles entre 1435 y 1442, la Corona de Aragón se convierte en hegemónica en el Mediterráneo occidental, ya que no solo controla las principales islas, sino también el sur de la península itálica.