Sociedad

A pesar de la tradicional tolerancia andalusí hacia cristianos y judíos, las invasiones almorávides y, sobre todo, almohades provocaron la emigración de la mayoría de los numerosísimos cristianos o mozárabes hacia los reinos cristianos. Por contra, una gran cantidad de refugiados musulmanes del valle del Guadalquivir, conquistado por los cristianos a partir de las Navas de Tolosa, se instalan en Granada. De esta manera, la sociedad granadina pasa de ser multiétnica y multiconfesional a ser prácticamente islámica en su totalidad.   

Sin embargo, la desaparición de los almohades y el florecimiento del comercio provocaron la vuelta de las comunidades judías, así como la presencia de pequeños grupos de mercaderes cristianos, especialmente en las grandes ciudades y áreas portuarias. En definitiva, la mayoría de la población era musulmana, dividiéndose entre pobladores originales y la gran cantidad de refugiados de otras zonas de al-Ándalus.

Economía

Aunque el comercio era fundamental, la base de la economía era la agricultura. El cereal era la base de los cultivos, especialmente para el autoconsumo, aunque la elevada cantidad de población del territorio obligaba a importar grano en algunas ocasiones. De todas maneras, el regadío y su regulación es el aspecto más rentable económicamente. Se establece una serie de cultivos intensivos basados en la producción de azúcar, los frutos secos y la cría de moreras, para alimentar a los gusanos de seda con sus hojas.   

La artesanía era la actividad fundamental en las principales ciudades, como Almería, Málaga, Ronda o la misma Granada. La cerámica, pero sobre todo el textil y la seda, eran los principales productos manufacturados. El comercio marítimo fue esencial en el florecimiento económico: Granada se convirtió en intermediario entre el Magreb y Europa, por una parte, y entre el Mediterráneo y el Atlántico, por otra.