La entrada de España en la UE en la década de 1980 supuso una inyección monetaria para la mejora de las infraestructuras, elemento clave en el desarrollo regional e integración dentro de la Unión. Tras la modernización de la red de carreteras, las inversiones pivotaron en la adecuación de la infraestructura ferroviara, en calidad y velocidad, al sistema europeo. Fruto de estas inversiones hoy contamos con un modelo que, aunque sigue presentando una disposición radial con centro en Madrid, ha mejorado la conectividad y los tiempos de viaje con Europa, así como las conexiones transversales dentro de España. El modelo no es equilibrado y hoy pequeñas capitales de provincia y zonas rurales claman por una mejor infraestructura.

En la red de carreteras sigue primando la disposicióin radiocéntrica y se apuesta por la consolidación de las grandes rutas transeuropeas. En ferrocarril se ha dado prioridad a la alta velocidad para el transporte de pasajeros, a la red de cercanías de las grandes ciudades, que reduce la congestión del tráfico rodado, y al transporte de mercancías, especialmente pesadas. El mapa ferroviario se desmanteló para las zonas menos densamente pobladas dada su baja rentabilidad, y hoy presentan una gran déficit de estas infraestructuras.

La red aeroportuaria está sobredimensionada. La crisis económica del 2008 y el parón de desplazamientos con el COVID-19 dibujará un nuevo mapa aéreo. Los aeropuertos con mayor tráfico de pasajeros son Madrid y Barcelona, junto a los de los centros turísticos costeros e insulares.

El transporte marítimo ha crecido apoyado en la logística del transporte de mercancías en contenedores y en la posición de España, puente entre África y Europa. En el transporte de mercancías, la preeminencia está en los puertos mediterráneos, con Valencia y la bahía de Algeciras, con mayor volumen de negocio.

El futuro de la red de transportes vendrá marcado por las políticas europeas:

• Aumento y consolidación del transporte intermodal de mercancías y pasajeros. En mercancías se ha logrado evitar la ruptura de carga con los contenedores: del barco al ferrocarril o camión, hay un solo movimiento de carga y descarga. En pasajeros, se busca la conexión fluida en una misma terminal entre avión, ferrocarril y/o coche.
• Consolidación de las redes transeuropeas de transporte que mejoren la eficiencia económica.
• La mejora de la movilidad urbana que reduzca la congestión, contaminación y mejore los tiempos de desplazamiento.