La evaluación forma parte del proceso de enseñanza-aprendizaje, siendo fundamental para la mejora y calidad de la enseñanza educativa. Es imprescindible conocer el grado de adquisición de los contenidos y competencias alcanzado por cada uno de los alumnos para adaptarse a su ritmo de aprendizaje y a sus necesidades. 

Para la compleja tarea de evaluar, se aporta una rúbrica, que consta de una serie de indicadores: nivel 1 (Insuficiente), nivel 2 (Suficiente-Bien), nivel 3 (Notable) y nivel 4 (Sobresaliente), según los niveles de expresión de la evaluación prescritos en el currículo oficial. Constituye una herramienta precisa al incluir los diferentes ámbitos, contenidos y competencias que se han visto en el recurso. Además, la rúbrica resulta un instrumento que minimiza la subjetividad en la valoración.

La tabla es perfectamente editable, por lo que el docente podrá modificar lo que crea conveniente para adaptarlo a su alumnado, e incorpora una propuesta de porcentaje para ponderar los criterios de calificación.

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