Los ligamentos son tejidos elásticos y resistentes que tienen la función de unir el hueso con la articulación. Estos ligamentos permiten el movimiento, pero evitan que haya un movimiento excesivo en los huesos y que puedan luxarse o romperse por la realización de algunos movimientos forzados.
A continuación, puedes ver una imagen del ligamento cruzado anterior sano y otra del mismo lesionado. Este ligamento está situado en la rodilla.
Los huesos se unen entre sí gracias a las articulaciones.
Esta unión puede ser entre dos o más huesos. Y gracias a estas uniones se produce el movimiento de nuestro cuerpo.
Podemos encontrar trece articulaciones en el cuerpo humano:
- Dos articulaciones en los hombros.
- Dos articulaciones en los codos.
- Dos articulaciones en la cadera.
- Dos articulaciones en las muñecas.
- Dos articulaciones en las rodillas.
- Dos articulaciones en los tobillos.
- Un articulación en el cuello.
Las articulaciones se componen de diferentes elementos:
Cartílago
Los huesos están recubiertos en sus extremos por un tejido flexible, que recibe el nombre de cartílago. Este ayuda a que el esqueleto pueda moverse, gracias a los deslizamientos que se producen de un hueso con otro. También podemos encontrar cartílago en otras partes del cuerpo como en las orejas, la nariz o la tráquea.
Cavidad articular
Es el hueco existente entre los dos extremos de los huesos.
Membrana sinovial
Es el tejido que recubre la articulación por dentro.
Líquido sinovial
Es el líquido que lubrica y nutre al cartílago para ayudar en el movimiento.
Cápsula articular
Es el tejido que rodea la articulación para darle firmeza y flexibilidad. Se une también a los extremos de los huesos.
Hueso subcondral
Es la parte del hueso más cercana al cartílago.
A continuación, puedes ver una imagen de las partes de una articulación tras lo explicado anteriormente.
Dentro de las articulaciones, podemos encontrarnos con dos categorías:
- Articulaciones sinoviales: son aquellas en las que la unión de los huesos están separados por una cavidad, como, por ejemplo, la unión entre el fémur y la tibia.
- Articulaciones sólidas: son aquellas en las que la unión de los huesos no hay cavidad y, por tanto, no hay separación, como, por ejemplo, en los discos intervertebrales de la columna vertebral.
A continuación, puedes ver una imagen en la que se percibe la diferencia de la situación de los huesos en una articulación sinovial y en una articulación sólida.
Las articulaciones pueden ser de distintos tipos, en función del movimiento que puedan realizar las mismas:
Trocoide o pivote
Realizan movimientos sobre un plano, como, por ejemplo, en el codo o los dedos de la mano.
A continuación, puedes ver una imagen de esta articulación.
Trocleartrosis o bisagra
Realizan movimientos de flexión y extensión, como, por ejemplo, en la unión del húmero con el cúbito.
A continuación, puedes ver una imagen de esta articulación.
Encaje recíproco o silla de montar
Realiza movimientos de flexión y extensión, así como movimientos laterales, como por ejemplo en la unión de los dedos con el carpo.
A continuación, puedes ver una imagen de esta articulación.
Sinartrosis o fibrosis
No realizan movimientos, pero unen un hueso con otro, como, por ejemplo, en los huesos del cráneo.
A continuación, puedes ver una imagen de esta articulación.
Enartrosis o esferoidea
Realiza cualquier movimiento sobre un eje, como, por ejemplo, en la unión de la cadera con el fémur.
A continuación, puedes ver una imagen de esta articulación.
Condiloartrosis o elipsoidal
Realiza cualquier movimiento, pero no puede rotar, como, por ejemplo, en la unión del húmero con el cúbito y el radio.
A continuación, puedes ver una imagen de esta articulación.
Artrodia o plana
Realiza movimientos de deslizamiento en un solo eje, como, por ejemplo, en la unión entre el esternón y la clavícula.
A continuación, puedes ver una imagen de esta articulación.
Las articulaciones también pueden contraer enfermedades como:
- Artritis: es una inflamación de la articulación.
- Artrosis: es un deterioro del propio cartílago.