El consumo y producción sostenibles
¿Por qué debemos hacer un consumo y producción sostenibles?
Los científicos y expertos llevan varias décadas avisando de que nuestro planeta Tierra está sufriendo cambios en el clima y con ello, cambios y desajustes en los equilibrios de convivencia y supervivencia de todos los seres vivos que habitamos en él.
Las dos instituciones intergubernamentales más importantes la UNESCO y la UNEP, bajo las directrices de Naciones Unidas, desarrollan diferentes programas y estrategias para que desde la educación y desde los departamentos de medio ambiente de los gobiernos, se hagan planes de transformación que impliquen a la sociedad a comprometerse con cambiar algunos estilos de vida.
Por eso Naciones Unidas desde el 2015 ha establecido la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que consiste en identificar 17 objetivos o metas con sus respectivas directrices y propósitos que han de llevarse a cabo durante estos años hasta el 2030, de manera que para esa fecha, la sociedad en su conjunto haya conseguido reajustar sus necesidades, controlar su consumo, equilibrar los recursos y mantener un progreso más equitativo en todos los países del mundo.
Una de esas cuestiones más importantes tiene que ver con el Consumo y Producción Sostenibles. Estas consisten en diseñar una serie de actuaciones que sirvan de soluciones viables a los problemas y desequilibrios que se están produciendo por el uso descontrolado de los recursos naturales y que provocan a su vez problemas en la sociedad. Esta forma de actuar con mayor responsabilidad y sensibilidad hacia los demás, promueven un impulso social esencial para consumir, distribuir, usar y eliminar productos básicos sin comprometer la escasez para las generaciones futuras.
Por tanto, no solo debemos no consumir de forma compulsiva sino, ser conscientes y consumir solo aquello que nos sea eficiente y una redistribución de los productos de forma más justa y equitativa. Así también se reducirían las emisiones de gases a la atmósfera y el aumento de residuos que contaminan las aguas de los ríos, lagos y mares.
Los puntos qué deberíamos tener en cuenta si queremos un consumo y producción sostenibles, son:
- la satisfacción de las necesidades humanas a nivel global,
- favorecer una buena calidad de vida para todos y todas,
- compartir los recursos entre ricos y pobres,
- tener en cuenta las próximas generaciones,
- pensar en el impacto de un producto desde que se reproduce en el medio hasta que se genera su residuo y cómo se elimina,
- reducir el uso de recursos, la contaminación y los residuos que producimos.
Una de las posibilidades que se están barajando para replantear esta cuestión es un sistema de economía circular, que consiste en un modelo donde se producen los productos y se consumen, compartiendo (por ejemplo, medios de transporte), reutilizando, reparando, renovando, y reciclando todas las veces posibles para que el ciclo de vida de los materiales se extienda al máximo.
Algunos ejemplos de economía circular son:
- El caucho de los neumáticos que se convierten en partes de un calzado.
- Las botellas de vidrio se transforman en alfombrillas.
- Construcción de edificios donde se utilizan métodos de conservación de la energía.
- Ciudades inteligentes y utilizando transporte público sostenible, con edificios eficientes, etc.