Si dudas, consulta

A lo largo de este recurso, y también del anterior, hemos abordado solamente algunas de las normas gramaticales: las que más nos cuesta interiorizar, las más curiosas o las que más útiles nos pueden resultar en nuestro día a día. Sin embargo, las normas que rigen nuestro código son muchas y no debemos tener reparo en consultar o buscar información cuando tengamos alguna duda. 

Aquí tienes algunos enlaces que te pueden servir para resolver dudas: 

• Web de la Real Academia Española 
• La Real Academia Española  en Twitter
• Web de FundéuRAE, Fundación del Español Urgente
• FundéuRAE en Twitter

Lo bueno, si sencillo...

Aunque en el siguiente recurso será cuando tratemos las cuestiones de estilo, sí podemos avanzar ahora que para escribir no hace falta complicarse. Existe la falsa creencia de que cuanto más intrincado es nuestro discurso más conocimientos demuestra; sin embargo, para construir oraciones largas y de gran complejidad hay que tener un dominio del lenguaje que quizá todavía no poseamos. 

Así que no lo olvides: en general, es mucho mejor escribir de manera sencilla, con oraciones no demasiado largas y con una sintaxis simple que extenderse con oraciones infinitas entre las que el receptor se pueda perder. Para complicarnos la vida (y la comunicación) siempre estamos a tiempo.

Todo esto ya lo sabías

Lo bueno que tiene estudiar lengua es que, en realidad, estás aprendiendo algo que ya sabes. No solamente eso, sino que estás trabajando con algo que es tuyo y que legítimamente te pertenece, porque las lenguas son propiedad de los hablantes. Así que no debes tener miedo a hablar ni a escribir: el ser humano aprende su lengua y la domina de manera innata. Las clases de lengua solo te ayudan a pensar sobre ella y a ser consciente de la poderosa herramienta que nos ha dado la naturaleza: 

“Leyendo todo esto seremos conscientes de cuánto sabíamos sin darnos cuenta, de la cantidad de flujos que discurren por los órganos del cuerpo humano sin nuestro gobierno racional. Y de cuán listas son las palabras, ellas solas, que funcionan dentro de nosotros en conexiones formidables; como inteligentes son las células que cumplen con el papel adecuado, como esa píldora que tragamos y que encuentra siempre el lugar exacto donde nos duele para llegar hasta él y aliviarnos. Y nos daremos cuenta de todo lo que pueden enseñarnos las células, los flujos, los reflejos, las palabras inconscientes, para que, con ellas y con ellos, y con su orden y sus sistemas, logremos razonar mejor y vivir más felices”. 

Álex Grijelmo. La gramática descomplicada. Taurus