En el recurso anterior ya abordamos algunas normas gramaticales relativas al verbo; sin embargo, debemos tener en cuenta algunas otras también muy relevantes.
Laísmo, loísmo, leísmo
Para evitar esta incorrección, debemos primero recordar qué son los complementos directo e indirecto.
- Complemento directo: nombra a un ser u objeto sobre el que recae directamente la acción del verbo transitivo (Este frutero contiene manzanas).
- Complemento indirecto: designa a la persona o cosa que se beneficia de la acción del verbo (Repartiremos entradas a nuestros amigos).
Estos complementos, en ocasiones, son sustituidos por pronombres y a cada uno de ellos le corresponde un pronombre determinado:
- Complemento directo: lo, la, los, las. (Este frutero las contiene).
- Complemento indirecto: le, les (Les repartiremos las entradas).
Muchas veces sucede que intercambiamos los pronombres, es entonces cuando estamos ante los fenómenos de laísmo, leísmo y loísmo:
- Laísmo: sustituimos el CI por los pronombres la o las, que pertenecen exclusivamente al CD.
Le di la noticia a Luisa: *La di la noticia / Le di la noticia
- Loísmo (es el error menos habitual): sustituimos el CI por los pronombres lo o los, que pertenecen exclusivamente al CD.
Le di un balonazo a Andrés: *Lo di un balonazo / Le di un balonazo
- Leísmo: sustituimos el CD por los pronombres le o les, que pertenecen exclusivamente al CI.
Vi a tu hermana: *Le vi / La vi
Excepción: en el caso del CI masculino, se acepta el uso del pronombre le (Vi a tu hermano: Le vi / Lo vi).
La coma criminal
Algunos de los errores gramaticales que hemos comentado y que iremos viendo no son generalizados, sino que son habituales en ciertas zonas geográficas y en otras no se dan. Sin embargo, hay un error que no conoce fronteras, que lo cometen los usuarios de la lengua en general, pero que nos tienta solamente cuando escribimos. Se trata de la coma criminal, que no es otra que la que aparece entre en sujeto y el verbo o entre el verbo y sus complementos:
- *Antes de morir, mi abuelo, dejó hecho el testamento / Antes de morir, mi abuelo dejó hecho el testamento.
- *Después de comer, mi madre, que no sabía el nombre del restaurante me llevó a casa / Después de comer, mi madre, que no sabía el nombre del restaurante, me llevó a casa.
- *El termómetro registró, las temperaturas más altas del verano / El termómetro registró las temperaturas más altas del verano.
Se hace, no obstante, una pequeña excepción cuando el sujeto está conformado por varios elementos y termina con el uso de etcétera: Los ponis, los caballos, las gallinas, las ovejas, etc., se escaparon de la granja.
Eso sí, no se debe confundir el sujeto con el vocativo. Este último nos sirve para interpelar, es decir, llamar al interlocutor. En este caso, es imprescindible usar las comas.
- Mario, ven a comer.
- No me digas, Mario, que no piensas venir a comer.
- Haz el favor de venir a comer, Mario.
Queísmo y dequeísmo
Otros errores comunes entre los hablantes de la lengua española son el queísmo o el dequeísmo:
- Dequeísmo: añadimos la preposición de ante que en contextos en los que no debe añadirse.
- Añadimos la preposición de delante de una oración sustantivada en función de sujeto: *Es fácil de que marque gol / Es fácil que marques gol.
- Añadimos la preposición de delante de una oración sustantivada en función CD de cosa: *Me aconsejaron de que no fuera / Me aconsejaron que no fuera.
- Queísmo: no añadimos la preposición de, exigida por el verbo, ante que en contextos en los que debe a añadirse. Muchas veces, el queísmo se debe a una sobrecorrección, es decir, quitamos la preposición para evitar el dequeísmo en contextos en los que no se produce este fenómeno.
- *Me alegro que hayas comprado la casa / Me alegro de que hayas comprado la casa.
- *Me acuerdo que no querías ser mi amiga / Me acuerdo de que no querías ser mi amiga.