Aunque hasta el momento nos hemos centrado en errores que giran en torno al verbo y, por lo tanto, se dan más bien en el predicado, hay otros errores gramaticales que podemos encontrar a lo largo y ancho de cualquier texto. A continuación hacemos referencia a los más habituales.
Homófonos, homógrafos y parónimos
Nuestra lengua está compuesta por un gran número de palabras, y muchas de ellas, es lógico, se parecen e incluso suenan igual o se escriben de la misma manera, pero no significan lo mismo:
- Palabras homófonas: suenan igual, pero no se refieren a lo mismo.
- Palabras homógrafas: se escriben igual, aunque tienen significados diferentes.
- Parónimos: palabras que escribimos diferente, pero que suenan de manera muy similar y nos pueden llevar a confusión.
Estas similitudes nos conducen en muchas ocasiones a la equivocación a la hora de formular enunciados y, por eso, tenemos que estar muy atentos y atentas:
- Haya/Allá/Halla:
- Que no haya gusanos no significa que esté buena la manzana.
- Allá en la colina está mi casa.
- No halla ninguna pista del asesino.
- A ver/Haber:
- A ver si coincidimos en el próximo concierto.
- Me gustaría haber nacido en los felices años veinte.
- Hay/Ahí/Ay:
- ¿Hay suficiente pan para todos?
- Ahí tienes lo que me pediste.
- ¡Ay! ¡Qué daño!
- Porqué/Por qué/Porque:
- No entiendo el porqué de tu enfado.
- ¿Por qué crees que se retrasa?
- No vendrá porque está de vacaciones.
- Sino/Si no:
- No vengas si no vas a traer comida.
- No es blanco, sino negro.
-
- Si/Sí:
- Si apruebo estaré muy feliz.
- Sí, voy a aprobar.
Anacolutos
Las prisas, la construcción de oraciones demasiado largas, o, sencillamente, un contexto coloquial que nos haga (lícitamente) bajar la guardia en la elaboración de nuestros discursos pueden conducir a un error también bastante común: el anacoluto.
- Anacoluto: error gramatical sintáctico que se produce cuando los segmentos de un enunciado son discordantes, es decir, cuando se construye un discurso de manera inconsecuente.
*La casa en la que pasó todo en ella daba miedo / Todo me daba miedo de la casa en la que pasó.
*Él es que, verá, no le gustaban ese tipo de juegos / Verá, a él no le gustaban ese tipo de juegos.
*Mi amiga, su abuela es de Cuenca / La abuela de mi amiga es de Cuenca.
Pleonasmos y redundancias
Otro pequeño vicio inconsciente que tenemos en la lengua, hablada o escrita, es caer en la redundancia. Sin darnos cuenta repetimos de manera innecesaria contenidos que ya se entienden o se sobreentienden porque están implícitos, o incluso aparecen de manera explícita, en el significado de nuestros enunciados. A este fenómeno también podemos llamarlo pleonasmo.
Hay algunos que os sonarán:
- Subir arriba.
- Bajar abajo.
- Entrar adentro.
- Opinión personal.
- Polos opuestos.