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De la sociedad medieval a la sociedad renacentista

La importancia de estudiar el contexto histórico, social y cultural de las obras literarias

Es importante estudiar el contexto histórico, social y cultural para poder comprender adecuadamente los textos literarios. El profesor de Literatura de la Universidad de Granada, Juan Carlos Rodríguez, lo explicaba así:

[...] este libro trata de dar cuatro pasos en la tierra. Plantear que la literatura es un efecto de la historia y de los individuos históricos. ¿Qué otra cosa podríamos ser? Si se quiere, ahí empieza la polémica. Quiero decir que no puede ser lo mismo lo que se escribía en el mundo esclavista grecorromano (donde todo dependía de los Amos y de la Polis), que lo se escribía en el mundo feudal (donde todo dependía de la escritura de Dios sobre las cosas), que lo que comienza a escribirse desde el primer capitalismo, entre los siglos XIV y XVI, donde todo comienza a depender del mundo laico y del sujeto "libre" (aunque sea libre para ser explotado). A esto es a lo que he llamado "Radical Historicidad de la literatura".

Prólogo a la tercera edición de Juan Carlos Rodríguez, Rodríguez (2001). La norma literaria. Madrid: Debate

Juan Carlos Rodríguez establece tres sistemas económicos que se han dado en tres épocas históricas diferentes y que van a determinar la Literatura que se crea en esas etapas.

El paso de la Edad Media al Renacimiento: muestras de ello en La Celestina

Conocer el contexto histórico y social del Prerrenacimiento es importante, porque, en este periodo, se da el paso de la Edad Media, con su sistema social y económico, el feudalismo, en el que existían señores y siervos, al Renacimiento, en el que comienza el sistema económico que se desarrolla hasta nuestros días, el capitalismo, en el cual comienzan a existir los sujetos libres.

Asimismo, en lo que se refiere a la estructura social, avanza una clase social hasta entonces poco significativa, la burguesía. El auge de esta clase estuvo muy ligado a la importancia que adquirieron las ciudades. Las personas burguesas se valían por sí mismas e incluso un proverbio alemán decía que "El aire de la ciudad contribuye a hacer libre".

La Celestina en 1520
Wikimedia Commons/Aella 87. La Celestina (CC0)

En La Celestina se aprecian las contradicciones de los comienzos del Renacimiento frente al feudalismo medieval. Calisto cuando se enamora de Melibea afirma "Melibeo soy", este comentario hubiese sido impensable en la Edad Media teocentrista, en la que Dios era considerado centro de todo y se habría considerado una herejía. Observad el siguiente fragmento de la obra:

SEMPRONIO.- ¡Algo es lo que digo! ¡A más ha de ir este hecho! No basta loco, sino hereje.

CALISTO.- ¿No te digo que hables alto cuando hablares? ¿Qué dices?

SEMPRONIO.- Digo que nunca Dios quiera tal, que es especie de herejía lo que ahora dijiste.

CALISTO.- ¿Por qué?

SEMPRONIO.- Porque lo que dices contradice la cristiana religión.

CALISTO.- ¿Qué a mí?

SEMPRONIO.- ¿Tú no eres cristiano?

CALISTO.- ¿Yo? Melibeo soy y a Melibea adoro, y en Melibea creo y a Melibea amo.

SEMPRONIO.- Tú te lo dirás. Como Melibea es grande, no cabe en el corazón de mi amo, que por la boca le sale a borbollones. No es más menester. Bien sé de qué pie coxqueas. Yo te sanaré.

Fuente: https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/tragicomedia-de-calisto-y-melibea-nuevamente-revisada-y-enmendada-con-adicion-de-los-argumentos-de-0/html/ffe3b10a-82b1-11df-acc7-002185ce6064_3.html

Los criados de Calisto no le son fieles, no son buenos "siervos" sino que se mueren por interés económico e individualismo en todo momento. Asimismo, Calisto y Melibea se mueven por la búsqueda del placer. Todo ello conduce a la tragedia, de modo que los personajes son castigados por su falta de moralidad.

En definitiva, en La Celestina observamos cómo algunos valores medievales, como la religiosidad, la fidelidad, el amor y la honra, se sustituyen en el Renacimiento por valores modernos, como el dinero, el placer y el individualismo.

A continuación, vamos a profundizar en dos aspectos: el origen y características de una nueva forma de pensamiento, el humanismo, y la situación de las mujeres en la época:

La renovación de ideas en el s.XV: el humanismo 

En los siglos XV y XVI se produce en Europa una renovación de ideas que comienza en Italia. El humanismo abogaba por el individualismo y bebía de la Antigüedad clásica. Retoma el naturalismo, la exaltación del ser humano y la concepción de la libertad, recibiendo la influencia del platonismo y la filosofía aristotélica.

La importancia del individuo se representa, por ejemplo, en la naciente importancia de la fama personal, más allá de la muerte. Se produce, además, la secularización de la cultura y se hacen débiles las obsesiones teológicas medievales. Asimismo, se cambian las supersticiones de la Edad Media por un nuevo racionalismo.

Además de en La Celestina, como ya hemos mostrado, muestras del humanismo en la literatura encontramos en las obras del Marqués de Santillana en castellano o en catalán en el valenciano Ausias March. En estas obras, en la forma, se observa la influencia italiana y, en el fondo, el nuevo individualismo que anuncia ya los nuevos tiempos. En el siguiente apartado también comentaremos aspectos humanistas presentes ya en las Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique.

La situación social de las mujeres en la época

Durante este periodo, las mujeres vivían en una situación de desigualdad respecto a los hombres. Carecían de libertad y de derechos legales y se veían obligadas a realizar múltiples trabajos diarios. La mujer era considerada por la Iglesia como culpable del pecado por Eva y elemento de peligro para el hombre. Asimismo, generalmente, se teorizaba sobre su carencia de alma. Por lo tanto, pocas mujeres de la época tuvieron la posibilidad de pasar a la historia. Muchas mujeres se hicieron religiosas y en ese ámbito pudieron sobresalir adquiriendo cultura y aprendizajes.

Beatriz Galindo, "La Latina"

Podemos destacar el caso de Beatriz Galindo, La Latina. Nació en Salamanca en 1465 en una familia hidalga no muy acomodada. Destacó en la Universidad de Salamanca por su dominio del latín y las humanidades, de ahí su sobrenombre. Ejerció como dama de compañía y maestra de la reina Isabel La Católica. Finalmente y fue fundadora de un hospital y dos conventos.