A continuación te proponemos una serie de actividades para reforzar los conceptos que has trabajado en este recorrido. Comenzaremos con una autoevaluación de cinco preguntas para continuar con la realización de la biografía de tres autores y, para finalizar, profundizaremos en las fábulas como estilo literario.
Ignacio de Luzán, José Cadalso y José de Vargas Ponce son tres autores representativos de la Ilustración española. Además, cada uno pertenece a una de las tres generaciones literarias del siglo XVIII.
En esta actividad vamos a conocer los detalles más importantes de sus vidas, por lo que vamos a dividir sus biografías en tres apartados:
En primer lugar investigaremos sus datos biográficos más relevantes (dónde y cuándo nacieron y fallecieron, lugar de nacimiento, residencia y defunción...).
A continuación profundizaremos en su obra literaria: ¿cuáles son sus escritos más representativos y en qué genero destacaron?
Para terminar, seleccionaremos un fragmento de una de sus obras para comentarla con el resto de compañeros.
Podéis estructurar las biografías en un documento de texto o en una presentación visual.
Fabulaseando con Samaniego
Félix María de Samaniego fue un maravilloso fabulista nacido en Laguardia, Álava, en 1745. Cultivó un estilo ácido y crítico con la sociedad del siglo XVIII que caló fuerte debido a la simplicidad, sencillez y cercanía de su estilo. Fíjate en este ejemplo:
En una alforja al hombro
Llevo los vicios:
Los ajenos delante,
Detrás los míos.
Esto hacen todos;
Así ven los ajenos,
Mas no los propios.
Félix María de Samaniego. La alforja. Fuente: Wikisource
¿Cuál crees que es la enseñanza o moraleja de esta fábula? Reflexiona sobre lo que acabas de leer y contrasta tus ideas con las de tus compañeros.
Ejercicio de escritura: la fábula
¿Qué mejor manera de acabar esta serie de actividades que redactando una fábula?. Para repasar las características de este género literario te proponemos el visionado del siguiente vídeo:
Ten en cuenta los siguientes detalles en la redacción de tu fábula:
En caso de utilizar personajes, procura que haya, al menos, algún animal al que se le puedan atribuir cualidades humanas.
Usa un estilo sencillo, claro y directo para que todos los lectores u oyentes lo puedan entender.
Escribe una fábula breve, de tres o cuatro párrafos cortos.
Si te cuesta redactar algo original, puedes inspirarte en una y realizar las modificaciones que consideres oportunas.