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Corrientes literarias en la España del siglo XVIII

Cronología de un nuevo periodo

A pesar de los cambios sociales y económicos que llegan con el siglo XVIII, los modelos literarios del siglo XVII siguen siendo un auténtico referente para los nuevos autores, lo cual no es de extrañar, pues el Barroco español, también conocido como el Siglo de Oro, supone uno de los hitos en la creación artística de nuestras letras. La influencia ejercida por los autores barrocos como Góngora, Quevedo y Calderón de la Barca es inmensa y a los autores de la Ilustración les cuesta escapar del influjo de estos grandes maestros. No será hasta la segunda mitad del siglo cuando las voces renovadoras comiencen a cambiar los cimientos de la literatura, y lo harán basándose en dos principios:

  • Aligerar el estilo y alejarse de la complejidad formal del Barroco.
  • Considerar las manifestaciones escritas como un apoyo a las ideas, no como un simple ejercicio intelectual.

El reinado de Fernando VI (1746-1759) supone el punto de inicio del arte ilustrado en España. A partir de ese momento, los estilos literarios del momento (Posbarroco, Rococó, Neoclasicismo y Prerromanticismo) se mezclarán y se sucederán hasta bien entrado el siglo XIX impulsados por una ideología liberal y renovadora que comienza a imponerse con fuerza a partir de 1780. Por lo tanto, la cronología estilística de la época quedaría representada en el siguiente esquema:

  • 1680-1750: Posbarroco. Es un periodo marcado por los autores y estilos del Siglo de Oro. A los nuevos escritores les cuesta escapar de los patrones creativos barrocos, que serán reproducidos, como se puede constatar en el teatro popular, la poesía y la prosa de la época.
  • 1720-1750: la literatura ilustrada comienza su andadura, sobre todo en el campo de la prosa, concretamente en el ensayo.
  • 1750-1780: Rococó, que destaca por ser un estilo ligero, ágil y alegre, desprovisto de la profundidad del Barroco, y Neoclasicismo, el estilo oficial del Despotismo Ilustrado que ser rebela contra las formas complejas del Barroco para adoptar a la época los modelos clásicos, más austeros, funcionales y sencillos.
  • 1780-1830: el Neoclasicismo convive con el Prerromanticismo, un movimiento surgido en las últimas décadas del siglo XVIII que ganará en importancia hasta bien entrado el siglo XIX. Se caracteriza por una tendencia a lo melancólico, a lo oscuro y esotérico, en el que en ocasiones los astros se erigen como referentes de inspiración. Con este movimiento se da por concluida una manifestación artística fundamentada en el optimismo y lo clásico, por lo que la ruptura con los esquemas del pasado es total.
Bibliothèque humaniste de Sélestat
Wikimedia Commons/Claude TRUONG-NGOC. Bibliothèque humaniste de Sélestat (CC BY-SA)

Las generaciones literarias

Detallamos a continuación los autores más relevantes de las distintas generaciones literarias del siglo XVIII:

  • Primera mitad del siglo: varios de estos autores aún toman como referencia el estilo barroco. Entre ellos destacan el padre Benito Jerónimo Feijoo e Ignacio de Luzán, autor de una obra cumbre en la Ilustración: Poética (1737).
  • La generación ilustrada, cuyos miembros nacieron entre 1735 y 1760 y no llegaron a ver la Guerra de la Independencia. Sus referentes fueron José Cadalso, Gaspar Melchor de Jovellanos, Félix María de Samaniego y Nicolás Fernández de Moratín.
  • Los ilustrados tardíos, cuyos miembros nacieron a partir de 1760 y estuvieron marcados por la guerra. De entre ellos destacan José de Vargas Ponce, Manuel José Quintana y Alberto Lista.
Página de libro antiguo con la dedicatoria a la marquesa de Sarria
Flickr/Biblioteca de la Universidad de Zaragoza. La razón contra la moda (CC BY-SA)