Las tres grandes corrientes filosóficas que marcaron el pensamiento y la cultura de la segunda mitad del siglo XIX son:

• Positivismo: movimiento filosófico que solo concibe dentro de la realidad aquellos hechos que puedan ser demostrados por la experiencia científica. Por ello, el estudio empírico y la observación rigurosa serán los métodos empleados para la investigación. Surge por el desarrollo tan importante que sufre la ciencia en estos años.
• Evolucionismo o Darwinismo: movimiento que parte de las teorías de Charles Darwin, quien, en su obra El origen de las especies (1859), esboza la teoría de la evolución de los seres vivos a través de la evolución y la selección natural de los seres mejor adaptados al ambiente.
• Marxismo: Karl Marx, su fundador, en su obra El capital establece unas leyes que rigen la sociedad capitalista. Habla de que la lucha de clases ha provocado el desarrollo de la historia, a través de los movimientos y revoluciones. Asimismo, analiza las contradicciones de la sociedad burguesa, tan presente en los productos artísticos y culturales de la época.

Es característico de la época en España el enfrentamiento entre las ideas conservadoras y liberales. Las ideas tradicionalistas tienen como representante a Marcelino Menéndez Pelayo, que defiende un concepto exaltado de España como gran imperio del pasado y ejemplo de estado católico. 

La corriente de pensamiento liberal más importante de la segunda mitad del siglo XIX en España fue el krausismo, cuya materialización se produjo con la creación de la Institución Libre de Enseñanza, en 1876, por Francisco Giner de los Ríos, seguidor de las ideas del alemán Karl C. Krause. Esta institución estaba centrada en la reforma de la pedagogía tradicional y en la importancia de los valores como la conducta individual, la ciencia, el respeto y la tolerancia.

El Realismo es un movimiento cultural que tiene su apogeo en España en la segunda mitad del siglo XIX. Previamente, lo había tenido en otros países europeos como Francia. Se basa en la representación de la realidad lo más fielmente posible (en oposición al Romanticismo) y refleja los valores de la clase burguesa y las condiciones de vida tanto de este grupo como de las clases sociales más desfavorecidas.

El desarrollo de la prensa en la época favoreció la difusión de las obras de los autores y autoras más destacados, como Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas Clarín o Emilia Pardo Bazán.