Contexto social mundial
Durante la segunda mitad del siglo XIX, se desarrollaron significativamente las clases sociales de la burguesía y el proletariado y los conflictos entre ellos fueron cada vez más notables. El mundo agrario continuó su papel, pero cada vez tenía menor importancia.
La nobleza siguió perdiendo poder, por el auge de la burguesía; si bien esta se fue volviendo cada vez más conservadora, por lo que quiso hacer suyas algunas tradiciones de la nobleza.
Se produjo un importante desarrollo económico, provocado por la segunda revolución industrial, fundamentalmente basada en la electricidad y en el auge de la industria química. Los métodos de organización del trabajo hicieron que el rendimiento humano estuviera mejor controlado y las fábricas fueran más productivas.
Adquirió mayor relevancia el movimiento obrero y se crearon organizaciones socialistas y anarquistas. Se creó en Londres la Asociación Internacional de Trabajadores, que rápidamente se expandió por otros países.
Otro fenómeno importante fue la obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza primaria, que propiciaba la preparación de los trabajadores y la unificación de valores culturales (como la identidad nacional).