En diciembre de 1874, la intervención militar del general Martínez Campos en Sagunto propició la vuelta de Alfonso de Borbón, hijo de la reina Isabel II, a España. El fracaso de la Primera República condujo a un nuevo periodo: la Restauración. La dinastía borbónica recuperaba, así, el trono en la figura de Alfonso XII.
Previamente a su llegada a España, y con clara intención de posicionarse políticamente, el joven Alfonso de Borbón había firmado el llamado Manifiesto de Sandhurst. En el documento, redactado por el arquitecto de la Restauración, Antonio Cánovas del Castillo, el entonces príncipe Alfonso sostenía las bases ideológicas del proyecto de la Restauración:
- Monarquía constitucional de carácter integrador y abierto.
- Tradición católica compatible con la libertad religiosa.
- Nueva constitución que dejara atrás las cartas magnas de 1845 y 1869.
La Restauración monárquica fue bien recibida por los sectores más conservadores que aceptaron las reglas de juego político que ponía sobre la mesa Cánovas del Castillo. Se esperaba que el nuevo sistema trajera una recuperación del orden social y estabilidad política.
El 31 de diciembre de 1894 se constituyó un gobierno provisional dirigido por Cánovas. Este fue el encargado de asegurar el tránsito de Primera República al nuevo sistema monárquico. De esta manera, el príncipe Alfonso llegó el 9 de enero a Barcelona, a bordo del buque "Navas de Tolosa". Posteriormente, hacía su entrada en Madrid el 14 de enero, ciudad donde sería proclamado rey por las Cortes.