El Sexenio Democrático o Revolucionario es el periodo de la historia de España comprendido entre 1868-1874. Comienza con la Revolución de 1868, la "Gloriosa", y finaliza con la restauración borbónica de Alfonso XII. A lo largo de este breve periodo, tuvieron lugar también el reinado de Amadeo I de Saboya (1871-1873) y la Primera República (1873-1874). Durante este tiempo se trató de buscar un nuevo orden social y político para España.
Este intento de modernización del país finalizó con el el Pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto en 1874, mediante el cual se restaura la monarquía con la dinastía borbónica de nuevo en el trono.
Fueron varias las causas que produjeron el estallido revolucionario:
- Descontento con la monarquía debido al descrédito de la reina Isabel II y su apoyo total a los moderados o conservadores.
- Existencia de un monopolio del poder en figuras autoritarias como Espartero, Narváez u O'Donnell y la imposibilidad de la entrada de otras fuerzas opositoras en el juego político del Estado.
- Una grave crisis económica, provocada por las malas cosechas, que derivó en un aumento de los precios, unida a una elevada tasa de paro que provocó indignación entre los españoles. Además, el desempleo generado por el freno en la construcción de nuevos ferrocarriles llevó a las compañías ferroviarias a perder el valor de sus acciones y el hundimiento de la Bolsa.
- Creciente popularidad de nuevos ideales democráticos y republicanos, que pregonaban el sufragio universal masculino y la ampliación de derechos y libertades para los españoles.
Con la figura del general Prim al frente, los demócratas, progresistas y unionistas firmaron en 1866 el Pacto de Ostende. Los puntos principales fueron la creencia en la necesidad de una revolución para derrocar a Isabel II, el rechazo total a la dinastía de los Borbones y la urgencia de convocar unas Cortes Constituyentes para España.