Murciano
El murciano o "panocho" es un habla de transición entre el castellano norteño y el andaluz. Además, presenta influencia del aragonés. ya que Murcia fue durante la Edad Media territorio de expansión del reino de Aragón. También destaca la influencia catalana en su variedad valenciana.
El murciano se extiende desde la provincia de Murcia y alguna zona del sur de Alicante hasta el nordeste de Jaén, Granada, y norte de Almería.
Rasgos de la influencia del catalán y aragonés
Uno de los rasgos más característicos del murciano es la palatalización de la "l" inicial (/lluego/, /llengua/, /lluna/) junto con el uso del diminutivo terminado en "–ico" (“pajarico”). Precisamente, estos dos rasgos se deben a la influencia del catalán y el valenciano.
Otros rasgos en los que se ve la huella del catalán y del aragonés son:
- la conservación de las consonantes sordas intervocálicas: pescatero, cocote...
- la conservación en algunos casos de los grupos "pl-", "cl-", "fl-": flamarada.
Rasgos meridionales propios
- el seseo: se pronuncia la “z” o la “c" ante “e”, “i” como “s”: sereza (cereza), sirco (circo).
- el ceceo: se pronuncia la “s” como “z”: caza (casa), zartén (sartén).
- el yeísmo: se pronuncia "ll" como "y": cabayo, cayo (callar).
- la desaparición de algunas consonantes interiores: caeza (cabeza), bebía (bebida)
- la identificación de "l" y "r" implosivas: mujel (mujer), arto (alto)
- la aspiración de "j-" y "-s" final: mohca (mosca), empuhón (empujón).
Se pronuncia un sonido colocando la lengua en el paladar. Cambia el punto de articulación al paladar.
Que aparecen al final de una sílaba.