El andaluz
Se trata de la evolución del castellano que llevaron los repobladores y colonizadores a las tierras andaluzas desde el siglo XIII hasta el siglo XVI. Así pues, no es una variante que proceda del latín.
Aunque se empieza a gestar en el siglo XIII, no será hasta los siglos XVII y XVIII cuando al andaluz quede configurado tal y como lo conocemos en la actualidad. El andaluz en su pronunciación se aparta de la norma castellana; de hecho, en el siglo XVI existirá una norma propia sevillana que se extiende también por Canarias y América.
Además de los rasgos generales que ya hemos visto, el andaluz presenta algunas peculiaridades:
Un rasgo bastante generalizado en toda Andalucía es la aspiración de la “g” o “j” y, a veces, también de la h- procedente de f- inicial latina.
En algunas zonas de Sevilla o Málaga se sustituye el pronombre de segunda persona del plural “vosotros” por “ustedes”.
En cuanto a la aspiración y pérdida de la –s final, nos encontramos con que Andalucía se divide en dos zonas: el andaluz oriental, en el que los plurales se pronuncian con la vocal final más abierta, frente al andaluz occidental, en donde eso no ocurre.
Además, podemos ver que el seseo y ceceo no se dan por igual en Andalucía: mientras que el seseo se extiende por una gran parte de Córdoba, sur y norte de Sevilla, norte de Málaga y Granada, oeste de Huelva y por gran parte de Jaén; el ceceo se extiende por casi todo el sur de Andalucía, desde la frontera de Portugal hasta Almería, norte de las provincias de Sevilla y Granada, aunque disminuye en Málaga.
Sobre su vocabulario, hay que decir que el andaluz conserva numerosos arcaísmos y abundan los arabismos, además de palabras de origen medieval y vocablos mozárabes. Se trata de un léxico que ha conservado, a diferencia del español común que lo ha ido sustituyendo.
Términos que ya no se utilizan y quedan relegados a zonas concretas que los mantienen.
Palabras, términos.
Se trata de palabras que utilizaban los cristianos que decidieron quedarse a vivir en sus tierras a pesar de ser ocupadas por los árabes durante la dominación islámica.
Pronunciación del sonido de una manera más débil