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Temática presente en el Romanticismo

Miedo, angustia y oscuridad

La angustia sobrevuela gran parte de la obra romántica y se expone sin tapujos. El desasosiego producido por los conflictos de la existencia es tan grande que la agonía con que se vive perfila la esencia de la corriente literaria decimonónica. Tal es el cambio con respecto a décadas pasadas que el temor sustituye al acierto, y el hecho de dar en el error provoca un conflicto atroz. Muchos jóvenes de la época no pudieron soportar convivir con el miedo, por lo que se vieron abocados al suicidio, también denominado como el mal del siglo. En este caso, la muerte se perfila como una válvula de escape para escapar de la angustia, insoportable a todas luces.

Uno de los temas recurrentes en el Romanticismo es el deseo del autor de fusionarse con la naturaleza, lejos del progreso, que es un foco de conflicto. Los parajes bucólicos y naturales, aliados con la complicidad e intimidad que otorga la noche, se convertirán en el refugio para poder soportar el dolor de la vida contemporánea, y si dichos escenarios son los que vieron nacer al autor, se convertirán en el escudo protector definitivo para poner su vida a salvo.

¿Cómo transmiten los autores del Romanticismo esta explosión de sentimientos y emociones? No hay término medio: los momentos de quietud melancólica se alternan con pasajes de furiosa rebeldía, donde la noche toma el protagonismo y se llena de voces misteriosas y elementos fantasmagóricos. Esto da a las obras un carácter tétrico y macabro y es frecuente que los artistas se recreen en descripciones violentas en las que los cadáveres y los esqueletos gozarán de una importancia desmedida.

Otro de los elementos esenciales del siglo romántico es la importancia de la religión y de su interpretación oscura: el satanismo, que transforma los sentimientos religiosos en su reverso negativo para recriminar a Dios la falta de un orden asentado en épocas pretéritas. El satanismo describe el mundo como un entorno desquiciado e imperfecto y aquellos elementos denostados en etapas anteriores, como lo grotesco y lo escatológico, pasan a resultar atractivos.

Por último, otro movimiento importante es el titanismo, donde la moral del héroe romántico, rebelde por definición, va más allá del bien y del mal. El titanismo está íntimamente relacionado con la idea de progreso, pues hace aflorar el deseo del hombre por someter al mundo dejando de lado los poderes divinos. Este género se caracteriza por un estilo subjetivo lleno de imaginación.

Escena tétrica y fantasmagórica característica del Romanticismo
Pixabay/Mysticsartdesign. Mystery old house (Pixabay License)

Otras características del Romanticismo

Es evidente que el siglo XIX supone una ruptura social y estilística con lo acontecido en las décadas y siglos anteriores:

  • El estilo que impone el Neoclasicismo salta por los aires. El viraje hacia la naturaleza y hacia la libertad es imparable.
  • El decoro salta por los aires y es sustituido por lo grotesco. Esto implica una progresión inédita hasta entonces en el panorama literario.
  • Los géneros también evolucionarán y expandirán sus límites tradicionales: las estructuras de la poesía y del teatro contarán con nuevos esquemas que amparen el torrente creativo decimonónico.
  • En ocasiones, verso y prosa convivirán en una misma obra. Además, la métrica de los poemas no será uniforme. Esto aportará a los escritos una libertad apabullante que permitirá alcanzar una nueva expresividad.
Lo grotesco se apodera del imaginario literario romántico
Pixabay/Zephirx. The ugly duchess (Pixabay License)