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Una lucha por la renovación del género

La lenta transición de la lírica romántica

Las primeras tres décadas en la España del siglo XIX estuvieron marcadas por la fuerte influencia de los poetas liberales, caracterizados por una notable formación clasicista. Sin embargo, otras causas contribuyeron al letargo de la poesía decimonónica española:

  • El siglo XVIII fue una época socialmente convulsa en la que un número importante de escritores se vieron obligados a emigrar por razones políticas.
  • Estos autores estuvieron en contacto en el exilio con una nueva concepción de la poesía, en la que las formas y los temas dejaban atrás los cánones neoclásicos, lo que aceleró la transformación del género en España.

A pesar de las ansias renovadoras, todo el empeño invertido en modernizar el género, aun siendo generoso, carecía de la organización que proporciona la existencia de una escuela y un movimiento. Sin embargo, en 1835 aparece la revista El artista, publicación que, en sus tres números impresos hasta 1836, sirve de plataforma para difundir los nuevos postulados de la lírica romántica:

  • El poeta olvidará las normas para dejar volar su imaginación sin ataduras.
  • Se buscará por encima de todo expresar los sentimientos más íntimos.
  • Es indispensable ser original y dejarse llevar por la inspiración.
  • Con la poesía romántica se pone punto y final a la imitación de unos modelos estéticos caducos.

El Romanticismo impulsó una serie de innovaciones que renovaron por completo el estilo de la lírica española:

  • El lenguaje se adaptó a la temática; si la poesía decimonónica fue el estilo elegido por los poetas para expresar sus sentimientos, el registro deberá adaptarse a la simbología para que el lector pueda captar el halo de misterio, el amor no correspondido, la nostalgia o la melancolía.
  • Los poetas sintieron la necesidad de dar a conocer sus sueños y sus desengaños, su preocupación por los más desfavorecidos y la necesidad de vivir en un mundo libre.
  • Desde el punto de vista métrico, los poemas se convirtieron en ricos crisoles donde convivirán estrofas diferentes. Además de renovar las ya existentes, adaptaron las estructuras más populares de otras lenguas e incluso se inventaron nuevas. La estrofa más utilizada fue el cuarteto, pero también abundaban la silva, la lira y la octava real. Una de las estrofas que cayó en desuso fue el soneto.
Portada de la revista El artista, publicación trascendental en la lírica romántica
Wikimedia Commons/Carlos Luis de Ribera y Fieve. El artista (Dominio público)

La poesía narrativa

Una modalidad muy importante en la poesía romántica fue la poesía narrativa, que cosechó un éxito rotundo y que está considerada como uno de los cénit de la lírica decimonónica. Si atendemos a su extensión, un poema narrativo puede materializarse en dos formatos:

  • Extenso, que es el formato utilizado para tratar temas históricos, filosóficos y simbólicos.
  • Breve, también denominado romance, leyenda o cuento.

Los poemas narrativos breves gozaron de gran relevancia en el Romanticismo español. Los romances tuvieron muchos seguidores, gracias en parte al duque de Rivas, que realizó una serie de romances históricos. La leyenda se centra en tradiciones folclóricas contextualizadas históricamente, por lo que es habitual encontrar poemas en los que la historia y la fantasía se mezclan. 

Otro género cultivado en la época fue la fábula. A pesar de que no presentar la erudición de los géneros anteriormente expuestos, gozó de mucha popularidad y fue el formato adecuado para transmitir estándares de buenas costumbres. Además, gracias al ambiente liberal y distendido que se respiraba en la España del siglo XIX, se cultivaron otras formas menores de poesía, como los romances de ciego, poemas de temática humorística o versos pornográficos, de escaso interés artístico pero que gozaron de aceptación gracias a la novedad del formato.

La fábula como elemento ejemplarizante
Wikimedia Commons/Florian. Fables of Florian (Dominio público)