Requisitos para que un texto sea adecuado
Cuando nos comunicamos, emitimos un texto que transmite un mensaje con sentido completo. El texto nace con determinada intención (informar, expresar sentimientos, dar instrucciones, convencer...), puede ser oral o escrito y suele producirse en una situación concreta. Ahora bien, para que un texto cumpla con la finalidad del acto comunicativo debe ser apropiado a la situación comunicativa y, por tanto, debe ser adecuado.
La adecuación es una propiedad textual que indica que el texto está bien construido con respecto al contexto en el que se emplea. Por ejemplo, no se nos ocurriría dirigirnos a nuestro profesor del mismo modo que lo haríamos con nuestros amigos, ni explicaríamos los textos narrativos en una exposición de clase con los mismos términos que emplearíamos para contarle qué es un cuento a un niño pequeño. En cada uno de los casos elaboraríamos un texto apropiado a la situación comunicativa.
Para que un texto sea adecuado, debe cumplir varios requisitos que afectan a varios elementos de la comunicación.
Emisor
La intención comunicativa del emisor condiciona la adecuación del texto, que puede ser muy variada. El emisor puede tener la intención de narrar un hecho, describir un paisaje, convencer a alguien de que haga algo, informar sobre un tema en concreto, dar instrucciones para realizar una tarea o expresar sentimiento a través de un texto. En gran medida, el éxito del acto de comunicación depende de que el receptor interprete correctamente la intención del emisor y reaccione frente a ella.
Estas intenciones suelen manifestarse en el texto mediante las llamadas funciones del lenguaje (representativa, expresiva, apelativa, metalingüística, fática o poética) y suelen emplear para ello una tipología textual distinta (narrativo, descriptivo, dialogado, expositivo, argumentativo o instructivo).
Es importante que el emisor respete los rasgos propios de la clase de texto empleado.
Receptor
La relación que mantiene el emisor y el receptor es un aspecto clave para la adecuación del texto, ya que va a determinar la elección del registro más o menos formal.
En los actos de comunicación se debe tener en cuenta las relaciones sociales y culturales entre la personas: la edad, la familiaridad o el nivel sociocultural de los participantes influyen en el texto. No es lo mismo dirigirse a un único receptor o a varios, si se conversa con un familiar o un compañero de profesión, si los participantes tienen distintos grados de formación o poseen gran cultura.
Dependiendo del acto comunicativo, es importante usar el registro lingüístico apropiado.
Canal
La comunicación varía si se trata de un texto escrito o un texto oral, no es lo mismo un chat que una conversación telefónica, ni tampoco un blog que una carta. Los medios físicos por los que se transmite un mensaje hoy en día pueden ser muy variados: internet, teléfono, carta, etc.
Actualmente, además, contamos con aplicaciones en las que el texto escrito puede reflejar características propias de un texto oral. Por ejemplo, en un mensaje de WhatsApp nos comunicamos con nuestro interlocutor de forma espontánea y solemos emplear un registro más informal.
El discurso debe adecuarse, por tanto, al canal que empleamos.
Contexto
Al conjunto de circunstancias en que se produce la comunicación mediante un texto y que influye en su comprensión se le denomina contexto, entorno o situación comunicativa.
En la comprensión de los mensajes influye el contexto social y cultural de los mensajes. De este modo, si alguien dice Pásame el guarrito, el receptor debe estar familiarizado con esta palabra que en Málaga se emplea en lugar de taladro eléctrico.
Las circunstancias temporales, espaciales, culturales.. .que rodean al acto comunicativo determinan, a su vez, el registro lingüístico utilizado.
En función del contexto o situación en que se produce el texto, se suelen establecer varios tipos de registro: formal o informal.