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Obras destacadas del Realismo

Una tabla comparativa

Duración:
5 minutos
Agrupamiento:
Individual

Diseña la siguiente tabla en tu cuaderno y agrupa correctamente los términos que aparecen a continuación según pertenezcan al Romanticismo o al Realismo:

Historicismo, Courbet, objetividad, exotismo, Géricault, imaginación, primera mitad del siglo XIX, segunda mitad del siglo XIX, temas sociales, Vagón de tercera clase, La Marsellesa y fotografía.

Comenta una obra

Duración:
10 minutos
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Tras observar las tres obras propuestas en este apartado, elige una de ellas y realiza un pequeño comentario sobre la misma. En él deberás destacar los rasgos del Realismo presentes en dicha obra, buscar información sobre la temática y explicar qué representa.

Para realizar el comentario deberás seguir el siguiente guión:

  1. Identificación y clasificación de la obra: título, autor, patrocinador, localización, estilo y época.
  2. Análisis material, técnico y formal: tipología, soporte, técnica, composición, concepción espacial y perspectiva y colores.
  3. Interpretación y contextualización de la obra: iconografía, contexto social, antecedentes e influencia y transcendencia.

Algunas fuentes que puedes consultar:

Ejemplo de un comentario de obra de arte

Nos encontramos ante El entierro en Ornans, un óleo sobre tela realizado por Gustave Courbet (1819-1877) en 1851 y que se presenta como una de las principales obras del Realismo. Se trata de un lienzo de grandes dimensiones (315x668 cm), poco habitual para su época. Actualmente se encuentra en el Museo d'Orsay de París.

Este lienzo fue presentado por Courbet al Salón de 1850 junto a Los picapedreros y Campesinos de Flagey volviendo de la feria. Con esta serie de tres pinturas de género, se marcó el inicio del Realismo. Una escena totalmente real como un entierro ser convierte en un acontecimiento social, una representación completa del pueblo de Ornans, lugar de nacimiento del artista.

Aunque se trata de una escena de carácter religioso, se muestran la tensión social y la crítica a la estructura rural del momento. Se trata, así, de un acto religioso en el que nadie reza, lo que constituye una sátira de la sociedad del momento. Courbet presenta un retrato colectivo de Ornans, en el que el grupo representado no es homogéneo, las autoridades son reconocibles y los campesinos se quedan en un segundo plano. Su reparto no es simétrico y las miradas de algunas de las figuras hacen que el espectador sea protagonista de la escena también. Está incluido en la teatralidad del cuadro. 

La escena se envuelve en un paisaje triste, un atardecer grisáceo presidido por la cruz procesional. El negro es el color predominante, un color que horrorizaba a los academicistas y cuyo uso, hasta el momento, estaba casi prohibido en los grandes lienzos. Se observan, asimismo, grandes contrastes con tonos rojizos y blancos. La luz es uniforme, sin un foco claro. En definitiva, es una composición al estilo de un friso clásico, una procesión. 

Courbet marca el inicio del Realismo, el intento de mostrar lo que posteriormente conseguiría la fotografía, sin retoques y sin mostrar únicamente lo bello y lo heroico. En este caso, es una crónica social de un pueblo de la campiña francesa donde desde el perro o el monaguillo a las autoridades civiles y eclesiásticas son protagonistas.

El cuadro no fue aceptado para la Exposición Internacional de París de 1855. Por ello, Courbet y otros artistas crearon el Pabellón del Realismo. En este salón lograron exponer las primeras obras de este movimiento artístico, entre las que se encontraba este cuadro.

 

El entierro de Ornans de Courbet
Wikimedia Commons/Gustave Courbet. El entierro de Ornans (Dominio público)