Las principales características que definen a esta variante del absolutismo monárquico son las siguientes:
- Seguía las ideas de la Ilustración; por ello, la razón debía guiar las decisiones humanas. La razón humana se estableció, así, como el elemento clave en el desarrollo económico, social y cultural de la nación.
- El conocimiento de las ideas ilustradas se tradujo en diferentes reformas económicas, sociales, políticas y culturales. Las mejoras se basan en la modernización de las ciudades, la creación de sociedades económicas, el impulso al comercio, la nacionalización de la administración, la tolerancia religiosa, la libertad de prensa y mejoras en la justicia y las comunicaciones.
- El despotismo ilustrado buscaba alcanzar un mejor futuro para la nación mediante un cambio gradual y pacífico. Este desarrollo se basa en el progreso económico y social controlado por el rey. Se consideraba, así, que el poder del monarca no debía ser utilizado en beneficio propio, sino para servir al Estado.
- El Estado se crea como ente artificial entregado al monarca mediante un contrato. Las instituciones deben garantizar la convivencia entre los ciudadanos y velar por sus derechos, su prosperidad y su felicidad.
- El progreso se alcanza a través de la cultura; por ello, existe la preocupación por el nivel cultural de los ciudadanos y se promueve la educación del pueblo.