Primera revolución inglesa (1649-1660)
Un enfrentamiento entre la dinastía Estuardo, de clara tendencia absolutista y católica, y el Parlamento inglés derivó en una guerra civil en la década de 1640. La sociedad y política inglesa estaba polarizada: por un lado, los anglicanos y la alta nobleza apoyaban al monarca, mientras que los puritanos, baja nobleza y burguesía urbana se situaban del lado de los seguidores del Parlamento.
Tras varios enfrentamientos armados, entre los que destaca la batalla de Naseby en 1645, el rey Carlos I fue apresado en 1647 y sus seguidores derrotados. Dos años después el monarca sería ejecutado y en Inglaterra se establecía la primera, y única, etapa republicana en la historia de Inglaterra a cuya cabeza se colocaría el Lord Protector, Oliver Cromwell. Este protestante radical impulsó la República, la Commonwealth, pero terminó siendo una dictadura militar que vería su fin en 1660 con la muerte del propio Cromwell. Al no asentarse las instituciones republicanas, el Parlamento proclamaría de nuevo la monarquía y entregaría la corona a Carlos II Estuardo, hijo del rey ejecutado.
En 1685, con el ascenso al trono de Jacobo II, hermano y sucesor de Carlos II, volvieron a producirse graves enfrentamientos con el Parlamento por su política absolutista y su cercanía al catolicismo. Esto condujo a una nueva revolución impulsada, especialmente, por los parlamentarios y los obispos anglicanos.