El reinado de Carlos III
Carlos III de España nació en Madrid el 20 de enero de 1716, hijo del rey Felipe V de Borbón y de su segunda esposa, Isabel de Farnesio. Con apenas 15 años es nombrado duque de Parma y Toscana, y posteriormente, entre los años 1735 y 1759 fue coronado como rey de Nápoles. Se trata del máximo representante del despotismo ilustrado del siglo XVIII en España. Como consecuencia de la muerte de su hermanastro Fernando VI, volvería a Madrid en 1759 para ser coronado rey de España
Se trata de un rey reformista, lo que le llevó a enfrentarse a diferentes estratos de la sociedad española de la época, en especial con el clero y la nobleza. Sus reformas económicas se dirigieron hacia un reparto más equitativo de la tierra con la división de latifundios, reparto de tierras comunales o recortes de privilegios que tenía la Mesta -agrupación de pastores y ganaderos dedicados a la trashumancia-. Por otro lado, permitió la apertura del comercio, abrió rutas comerciales con ultramar y liberalizó las aduanas americanas, creó compañías de comercio, como la de Filipinas, y protegió la industria privada. Realizó una gran reforma económica con la unificación del sistema monetario, la creación del primer papel moneda y de una banca estatal, la primera en la historia de España, denominada Banco de San Carlos 1782.
Dentro de las reformas políticas y sociales, favoreció a la burguesía, inició numerosas obras públicas, se crearon nuevos municipios denominados "nuevas poblaciones" para colonizar zonas despobladas y se crearon nuevas líneas de comunicación, sobre todo de la Meseta a Andalucía. En su reinado contó con la ayuda de un grupo de ministros y colaboradores ilustrados como Jerónimo Grimaldi, el conde de Floridablanca, Pedro Rodríguez de Campomanes, el marqués de Esquilache y el conde de Aranda.
Algunas de sus medidas sociales, la mayoría en materia de limpieza e higiene, no fueron bien vistas por el pueblo. A ellas se opuso, sobre todo, la aristocracia, y supuso un levantamiento popular en 1766 denominado el Motín de Esquilache. Este enfrentamiento provocaría la deposición del marqués como ministro. Por otro lado, en su enfrentamiento con el clero acabó con la expulsión de los Jesuitas en 1767.
En política exterior, pese a al inicio de la decadencia de España, intentó mantener su prestigio internacional y su colonias, que estaban siendo amenazadas por diferentes países en expansión como Francia y Gran Bretaña. Debido a esta amenaza exterior, reformó el ejército, en especial sus tropa naval. Aumentó, en este sentido, la eficacia en la organización del ejército gracias a las Ordenanzas Reales.
En materia educativa y cultural, favoreció la difusión de conocimientos, la investigación científica y reformó la docencia. Creó grandes espacios culturales como el Museo del Prado (nacido como el Real Gabinete de Historia Natural), el jardín botánico o grandes monumentos como la Fuente de Cibeles, la Fuente de Neptuno o la Puerta de Alcalá.
Carlos III murió el 14 de diciembre de 1788. Le sucedió en el trono su hijo Carlos IV.
