Política y sociedad
En el Antiguo Régimen, la sociedad era estamental, de carácter piramidal. En la cúspide se encontraba el rey, por debajo los nobles o bellatores, y el clero u oratores, estamentos privilegiados. En la base, la inmensa mayoría de la población agrupada en el llamado tercer estado, laboratores o estado llano, el estamento no privilegiado. Esa estructura era estática, sin movilidad entre los distintos grupos, y se basaba en el privilegio.
La mayoría de la población en estos siglos vivía en el campo, por lo que puede hablarse de una sociedad rural. Los campesinos cultivaban la tierra en un sistema de agricultura de subsistencia que impedía una acumulación de riquezas. Además, en años de malas cosechas se podían generar grandes hambrunas que provocaban pequeñas revueltas rurales. En la mayor parte de los casos, este campesinado al que se ha hecho referencia vivía bajo un régimen señorial donde el señor debía ser obedecido, impartía justicia y tenía el derecho a cobrar impuestos por las rentas de las tierras. En cambio, la población urbana, que era minoritaria y vivía del comercio y la artesanía, estaba organizada en gremios y cofradías.
Políticamente, el gobierno era absolutista y dirigido por un monarca que era tal por la voluntad de Dios, algo que denominaremos la teoría del providencialismo. Este acumulaba todos los poderes en su persona, siendo Luis XIV de Francia (el rey Sol) el caso más representativo. También existieron algunas monarquías denominadas limitadas, como el caso de Inglaterra, donde el rey era controlado por un Parlamento.