Las ideas políticas y doctrinas filosóficas de Thomas Hobbes y John Locke tuvieron una gran influencia los sucesos acaecidos en Inglaterra a lo largo del siglo XVII. El segundo de ellos fue un filósofo y médico inglés que publicó Cartas sobre la tolerancia (de 1689 a 1693) y Dos tratados sobre el gobierno civil (1690), obras en las que quedaron plasmadas las ideas fundamentales del liberalismo político. La primera de ellas era el establecimiento de un contrato firmado por los hombres para defender sus ideas y ceder parte de su libertad a un Gobierno elegido por los ciudadanos. De manera inversa, el gobernante tenía la obligación de velar por la seguridad de sus ciudadanos y procurar una armonía dentro de la sociedad.
La segunda idea fundamental sería la defensa de la separación de poderes y estructurarla en tres partes: poder legislativo, poder ejecutivo y poder federativo. Locke mantenía el judicial dentro del ejecutivo. Además, como tercera idea, Locke era partidario de reconocer las libertades individuales y la defensa la propiedad privada. Desde su punto de vista, estos derechos y libertades son innatas, inmanentes y naturales a la esencia del hombre.
John Locke es considerado el padre del liberalismo político, doctrina que posteriormente se difundiría por toda Europa y llegaría a diferentes pensadores de la Ilustración francesa, como el barón de Montesquieu y Jean-Jacques Rousseau, así como a los revolucionarios estadounidenses. De hecho, las teorías de Locke tendrán una enorme influencia en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos.