El comercio colonial era de larga distancia y triangular. Este se desarrollaba en el Atlántico, y tuvo como principales países mercantes a Gran Bretaña, España, Francia, Holanda y Portugal. Tenía tres puntos fundamentales para su desarrollo: las nuevas colonias americanas, como productores de materias primas como el algodón, café, tabaco, azúcar o cacao; los territorios o posesiones africanas, como origen del tráfico de esclavos, sobre todo de raza negra. Y por último, Europa, donde se manufacturaban las materias primas llegadas desde América. Estos productos manufacturados eran intercambiados en África por mano de obra gratuita para trabajar en las plantaciones americanas, repitiendo nuevamente el ciclo triangular.
Las consecuencias de este tipo de comercio fueron:
- Una total división social entre los negros y pobres y los blancos y ricos, que pervivió durante varios siglos e incluso continúa en la actualidad.
- Los esclavos no tenían ningún tipo de derecho; eran considerados mano de obra y propiedad de sus dueños.
- La pérdida de tanta población, principalmente joven, provocó el retraso en el desarrollo económico de África.
- De los tres continentes implicados en él, solamente dos salían beneficiados: Europa y América.