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La Arqueología

La Arqueología, una ciencia que estudia la antigüedad

La historia necesita además de otra disciplina como la arqueología. Esta ciencia se encarga de descubrir y estudiar los restos materiales que se encuentra en los yacimientos, ruinas o parajes, incluso bajo los océanos y mares. Los arqueólogos al excavar encuentran monumentos, obras de arte, joyas, utensilios, monedas, documentos, etc., que ayudan a interpretar el modo en que vivían las antiguas civilizaciones. Los fósiles y los huesos son estudiados por los paleontólogos, que con sus hallazgos pueden interpretar la fisionomía del ser humano y de los animales que convivieron en un determinado lugar.

Los arqueólogos pueden estudiar cualquier etapa del pasado, pero estos científicos son fundamentales, sobre todo, para ayudarnos a interpretar los modos de vida de la Prehistoria, ya que al no existir la escritura en ese periodo de tiempo, no podemos tener fuentes escritas.  Para extraer cualquier resto el arqueólogo debe ser una persona muy experta, que planifica y analiza muy bien todo el entorno del yacimiento y el modo en que va a buscar los restos. Además, debe tomar metódicamente los datos y hacer un registro en el laboratorio, de modo que se puedan certificar con veracidad la datación del resto arqueológico y situarlo correctamente en su momento histórico.

Simulación de un yacimiento arqueológico.
Simulación de un yacimiento arqueológico
María Isabel Pareja Moreno. Modelo de yacimiento en las cuevas de Altamira (Cantabria). (CC BY-NC-SA)

¿Cómo obtienen los historiadores la información?

Los historiadores van a obtener la información objeto de estudio a través de diferentes materiales o testimonios llamadas fuentes. Esta información se encontrará de diferentes formas como libros, objetos, imágenes, monumentos, etc. Es muy importante utilizar el método científico para verificar las fuentes que se encuentren, ya que podrían ser falsas.

Según la tipología de soporte en el que se muestran, podremos diferenciar tipos de fuentes. Si las fuentes son actuales, elaboradas al mismo tiempo que sucede un hecho, las llamamos fuentes directas. Por ejemplo, una entrevista a un personaje de relevancia en el hecho.

Si las fuentes se reelaboran a partir de otras fuentes encontradas de un momento pasado, las llamamos fuentes indirectas.