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Nuestro Patrimonio

El Arte Rupestre, nuestro patrimonio.

Con la llegada del Homo sapiens al continente europeo, comenzó una etapa clave para las primeras manifestaciones artísticas de la Humanidad: el arte rupestre. Es un importante bien cultural, ya no solo por su permanencia y conservación a través de los miles de años, sino porque nos indica parte de la evolución cultural y social del ser humano.

En nuestro país, contamos con diferentes referentes culturales inscritos en la lista del Patrimonio Mundial como por ejemplo, las cuevas prehistóricas en Cantabria, lugar que se destaca por su excelente conservación, repertorio en símbolos o dibujos, empleo de diferentes técnicas y su antigüedad. Estas cuevas descubiertas hasta día de hoy son nueve, de las cuales las más destacables son la de El Castillo, Covalanas y Altmira llamada "la Capilla Sixtina del arte rupestre".

Arte rupestre como Patrimonio Mundial de la Humanidad
Pintura rupestre con un bisonte
María Isabel Pareja Moreno. Modelo de bisonte en la Neocueva de Altamira.
(CC BY-NC-SA)

Pero Altamira y las demás cuevas no son el único referente o fuente de la época prehistórica.

Atapuerca, la cuna de los primeros homos en Europa.

Atapuerca se encuentra a 15 km de la ciudad de Burgos, el principal hallazgo de esta excavación surgió en 1992 con el yacimiento de La Sima de los Huesos, donde se encontraron huesos pertenecientes al homo antecessor, hace más de 900.000 años. Desde entonces, Atapuerca es uno de los lugares con más actividad arqueológica en nuestro país. Sus arqueólogos fundadores son: Juan Luis Arsuaga, Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro, fundadores de la Fundación Atapuerca. Actualmente tiene seis proyectos activos de investigación.

Monumento alusivo al valor patrimonial de la zona, Atapuerca, Burgos
INTEF/Juan F. MorilloMonumento yacimiento de Atapuerca (CC BY-NC-SA)

Otros yacimientos o enclaves importantes de arte prehistórico son: Las cuevas de Tito Bustillo en Asturias, la Roca de los Moros en Lérida, El Prado de Navazo en Teruel, Cueva de Peña Escrita en Ciudad Real, Cueva de la Pileta en Málaga, Cueva de los Caballos en Castellón, Navete de Tutons en Menorca y Cueva Pintada en Gran Canaria.

La pintura en la Prehistoria

¿Cómo es el arte rupestre?

El arte rupestre es el conjunto de pinturas o grabados que se hacían sobre las paredes de una cueva o sobre huesos o piedras. Diferenciamos dos tipos de arte rupestre el del Paleolítico y el del Neolítico.

El arte rupestre en el Paleolítico se hacía en la parte interior de las cuevas, muchas de ellas a grandes profundidades. Son pinturas policromadas, es decir, con varios colores, normalmente el negro y el rojo. A lo largo de este periodo, se pueden encontrar diversos tipos de figuras como: puntos, rayas, manos y animales (lo más comunes los bisontes, caballos y ciervos). Una de las razones por las que se cree que se representaron estas figuras, es la realización de actos rituales o venerar a los animales como seres mágicos. Este arte se ha encontrado mayormente en el norte de España (Asturias, Cantabria y País Vasco).

Arte rupestre de la Cueva de Altamira, Santillana del Mar, Cantabria
INTEF/Banco de Imágenes. Pintura, Arte Rupestre, Altamira (CC BY-NC-SA)

En el Neolítico, las pinturas se hacen en las paredes de los abrigos, más al aire libre.  Este tipo de arte rupestre se encuentra más en la costa levantina. Estas pinturas son monocromáticas, es decir de un solo color. Las figuras que se representan son también animales y figuras humanas, con escenas de caza.

Pintura rupestre del Neolítico.
Pintura levantina, toro en un abrigo
María Isabel Pareja Moreno. Escena de caza. Pintura levantina en Villar del Humo (Cuenca). (CC BY-NC-SA)

Las técnicas que utilizaban para realizar este tipo de arte era también muy diverso. Desde los dedos, espátulas, plumas de ave, huesos huecos por los que soplaban. Utilizaban grasa de animales o de plantas para que se fijaran o incluso clara de huevo para que quedaran brillantes. Los colores lo sacaban de las piedras o de la sangre del animal en el caso del rojo, o el negro del carbón.

Nuevos avances en la Prehistoria

La arquitectura en la Prehistoria.

Los primeros restos arqueológicos de tipo arquitectónico que se han reconocido pertenecen al Neolítico y a la Edad de los Metales. Estas primeras manifestaciones son monumentos megalíticos construidos con piedras enormes, cuya finalidad principal era un uso dedicado a los enterramientos. Los tipos de megalitos que podemos encontrar son los menhires, los dolmen, las tumbas y corredores y el crómlech.

En estos enterramientos, además de encontrar los restos de esqueletos, normalmente iban acompañados de objetos ornamentales como joyas, vasijas, o armas que definían el grado o nivel de importancia del muerto en el grupo social o clan.

Arquitectura megalítica.
Dolmen cromlech
María Isabel Pareja Moreno. Dolmen construido con varios menhires en círculo y una piedra en horizontal. (CC BY-NC-SA)

Otros de los restos arqueológicos encontrados en la península, se corresponden con pequeñas construcciones de las primeras aldeas. En la Península Ibérica existen diversos lugares que se localizan estos yacimientos, muchos de ellos se pueden visitar. Algunos de los más importantes aparecen localizados en el siguiente mapa.

Mapa de la distribución de los yacimientos del Paleolítico y el Neolítico por la Península Ibérica
INTEF/José Alberto Bermúdez. Yacimientos de la Península Ibérica (CC BY-NC-SA)

La escultura en la Prehistoria.

Las mayor parte de las manifestaciones sobre escultura que se han encontrado en los yacimientos, se corresponden con la Edad de los Metales, momento en que se inicio la especialización de las tareas o labores de la tribu. De este modo vamos a encontrar joyas fabricadas en diferentes metales, así como variadas elaboraciones en barro como las vasijas, recipientes... hechas de diferentes formas.

La escultura en la Edad de los Metales.
Cerámica de la edad de los metales
María Isabel Pareja Moreno.
Vasija en el Museo Arqueológico de Alicante. (CC BY-NC-SA)