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Sujeto

Identificar el sujeto: la prueba de la concordancia

Antes de nada, vamos a caracterizar el sujeto en sus dos dimensiones: la semántica y la sintáctica.

¿Qué es un sujeto, desde el punto de vista de su significado? Lo que siempre hemos aprendido es que el sujeto es el que realiza la acción del verbo. Por ejemplo, en la frase "El niño llegó tarde a clase", fácilmente reconocemos en "el niño" el sujeto que realiza la acción de "llegar tarde a clase". Sin embargo, esta caracterización semántica del sujeto va a resultar insuficiente en muchos casos, por lo que necesitamos saber, además, cómo caracterizarlo desde el punto de vista sintáctico. La definición sintáctica del sujeto es la que nos va a servir realmente para reconocerlo sin dejar lugar a errores y consiste en algo muy sencillo: es el elemento que concuerda en persona y número con el verbo que aparece en el núcleo del predicado. Por lo tanto, la definición semántica y sintáctica del sujeto se puede resumir así:

El sujeto suele realizar la acción del verbo, pero siempre concuerda con el verbo.

Ilustración de espejo antiguo
No-longer-here. Mirror (Pixabay)


Esta es una de las pautas más importante de toda la sintaxis. Creemos que el sujeto es un conocimiento muy elemental porque lo estudiamos desde la Primaria, pero, si no se comprende bien esta definición y se practica mucho su reconocimiento en distintos tipos de oración, seguiremos fallando al analizarlo. Para identificar correctamente todos los sujetos es absolutamente imprescindible hacerles una prueba de concordancia con el verbo. Vamos seguir los pasos de nuestro método de análisis sintáctico con un ejemplo: El espejo me lo dio tu hermana ayer. 

En este apartado veremos los primeros dos pasos: anticipar la estructura semántica del verbo e identificar el sujeto. Posteriormente, en apartados sucesivos, veremos el resto de complementos de la oración. Empecemos con el análisis:

Paso 1: comprensión del enunciado y anticipación de la estructura semántica del verbo

Localiza el verbo y subráyalo: El espejo me lo dio tu hermana ayer. Piensa en su estructura semántica: alguien (le) da algo a alguien. Con ella haz una hipótesis de qué funciones encontrarás en la oración: S+V+CD+CI.

Paso 2: identificación del sujeto y aplicación de la prueba de concordancia 

Seguimos buscando y comprobando los elementos de la estructura que hemos anticipado: S+V+CD+CI

Identificación semántica: ¿Quién da? → Tu hermana.

Identificación sintáctica: hacemos la prueba de la concordancia con el siguiente procedimiento:

  • Pensamos en qué persona y número está el verbo → En 3ª persona del singular. 
  • A continuación, manteniendo la misma persona, modificaremos su número de singular a plural o viceversa: como "dio" es 3ª persona del singular, lo pasamos a 3ª persona del plural (dieron).
  • Ahora utilizaremos esta forma verbal en plural para sustituir el verbo original en singular de la oración: El espejo me lo dio tu hermana ayer. → *El espejo me lo dieron tu hermana ayer.
  • Si la oración resultante es agramatical es porque el sujeto está presente (es decir, no está omitido ni se trata de un verbo impersonal) y necesita ser pasado a plural también para volver a concordar con el verbo. Bastará hacer coincidir en el mismo número (de singular a plural, o viceversa) el elemento correspondiente para recuperar la concordancia con el "nuevo" verbo. Ese elemento será el sujeto, probemos con nuestro candidato a sujeto, "tu hermana":
  • *El espejo me lo dieron tu hermana ayer → El espejo me lo dieron tus hermanas ayer. → "Tus hermanas", al pasar a plural, ha recuperado la concordancia con el verbo, por tanto no hay duda de que es el sujeto.

Si hubiéramos hecho esta misma prueba con otro elemento, por ejemplo, "el espejo", no habríamos recuperado la concordancia de la oración: *El espejo me lo dieron tu hermana  ayer → *Los espejos me los dieron tu hermana ayer. → Esto nos haría concluir que este elemento no puede ser el sujeto y, por lo tanto, tendríamos que buscar y probar con otro candidato.

Después de la prueba de concordancia, divido sujeto y predicado.

Los sujetos omitidos

Como sabemos, en español, las desinencias o terminaciones de los verbos nos aportan mucha información gramatical, incluidos la persona y el número del sujeto. Esto nos permite evitar nombrar explícitamente el sujeto (con un nombre, un pronombre, etc.) si queremos. Veamos una frase en español en todas las personas gramaticales y su traducción en inglés:

  • Como manzanas → I eat apples
  • Comes manzanas → You eat apples
  • Come manzanas → He eats apples
  • Comemos manzanas → We eat apples
  • Coméis manzanas → You eat apples
  • Comen manzanas → They eat apples

Si vemos la variación del verbo en ambas lenguas rápidamente podremos comprender por qué en español podemos omitir el sujeto y en inglés no: en español esa información no se pierde, porque nos la da el verbo; en inglés, sin el sujeto, ¡no se sabe de quién se come esas manzanas!

Músicos callejeros en La Habana
qimono (imagen modificada). ¡Ya tú sabes! (Pixabay License)

La prueba para saber si estamos ante un caso de sujeto omitido es simple: lo "desomitimos" y, si la oración permanece inalterada en su gramaticalidad y su significado, entonces confirmamos que ese es el sujeto. Aquí lo comprobamos con dos ejemplos:

Se encontraron la casa destrozada → encontraron está en 3ª persona del plural, por lo que el sujeto omitido tendría que ser "ellos" → Ellos se encontraron la casa destrozada es una oración gramatical de significado equivalente a la anterior, por lo que confirmamos que "ellos" es el sujeto.

Se entregan pedidos a domicilio → entregan está en 3ª persona del plural, por lo que el sujeto omitido tendría que ser "ellos" → *Ellos sentregan pedidos a domicilio es una oración agramatical y no conserva el significado de la anterior, por lo que confirmamos que "ellos" no puede ser el sujeto omitido.

Los sujetos de los verbos "a alguien le..."

Repitamos los dos primeros pasos del análisis sintáctico con una oración cuyo tipo de verbo suele generar confusión al identificar el sujeto. Los verbos como gustar, horrorizar, encantar o espantar suelen generar frases en las que el sujeto aparece al final. Lo vemos en seguida cuando anticipamos su estructura semántica con pronombres indefinidos, porque lo que nos sale de forma natural es comenzar por "a alguien le..." y los sujetos nunca pueden empezar por preposición: a alguien le gusta algo; a alguien le horroriza algo; a alguien le encanta algo; a alguien le espanta algo... 

En un caso como este es útil el conocimiento sintáctico, porque sabemos que los sujetos no pueden nunca comenzar con preposición ni ser pronombres personales distintos a yo, tú, él, ello, usted, nosotros, vosotros, ellos, ustedes pero, una vez más, la reflexión semántica nos ayuda a comprender la estructura: el significado de todos estos verbos tiene en común que expresan la "producción de un sentimiento o sensación": gustar es producir gustohorrorizar es producir horror; encantar es producir encanto, espantar es producir espanto. Cuando hemos comprendido esto nos resulta más fácil la identificación semántica del sujeto, porque será el elemento que produce ese sentimiento:

  • Me gustan las manzanas → las manzanas son las que producen el gusto en mí.
  • Me horrorizan las películas de miedo → las películas de miedo son las que producen horror en mí.
  • Me encanta la poesía → la poesía es la que produce el encanto en mí.
  • Me espantan las fiestas ruidosas → las fiestas ruidosas son las que producen el espanto en mí.

Sin embargo, como hemos repetido, el mecanismo definitivo para identificar el sujeto sin miedo a equivocarnos es aplicar la prueba de la concordancia. Comprobemos primero que el pronombre "me" no es el sujeto cambiando su persona y número sin que ello suponga pérdida de concordancia en ningún caso:

  • Te/os gustan las manzanas
  • Le/les horrorizan las películas de miedo
  • Me/nos encanta la poesía

Estos pronombres (me, te, le, nos, os, les) nunca pueden ser sujetos, pero, si los alumnos no lo recuerdan, verán que pueden cambiarlos de número sin perder concordancia con el verbo.

Ahora hagamos la prueba sobre el elemento que nos aparece al final: a alguien le gusta/horroriza/encanta/espanta algo:

  • Me gustan las manzanas → *Me gusta las manzanas → Me gusta la manzana
  • Me horrorizan las películas de miedo → *Me horroriza las películas de miedo → Me horroriza la película de miedo
  • Me encanta la poesía → *Me encantan la poesía → Me encantan las poesías
  • Me espantan las fiestas ruidosas → *Me espanta las fiestas ruidosas → Me espanta la fiesta ruidosa

Todos los profesores de Lengua sabemos que estos verbos siempre confunden a nuestros alumnos. Hagámosles ver que comparten todos esta estructura oracional típica de "a alguien le... verbo... algo", reflexionemos con ellos sobre su semántica y enseñémosles a aplicar la prueba de la concordancia del sujeto.

Los sujetos que son oraciones

Este tema se ha tratado con detalle en el recurso dedicado a las oraciones subordinadas sustantivas, pero lo retomamos aquí para recalcar la idea de que el conocimiento sintáctico fundamental está en el estudio de los papeles semánticos y las relaciones de concordancia, algo que se debe abordar desde la oración simple. Cuando se ha entendido bien qué es un sujeto, que esa función se desempeñe por una oración subordinada en lugar de por un grupo o sintagma nominal no implica mayor dificultad, simplemente debemos hacer la prueba de concordancia. Pero ¿cómo comprobamos si una oración concuerda con el verbo? Debemos sustituir por un grupo o sintagma nominal como eso/ese/esa/ para el singular y esas/esos/esas cosas para el plural. Veamos un ejemplo con la oración:

Que te den el trabajo traerá mucha tranquilidad a esta familia.

Primero pensamos en la estructura semántica del verbo traer: alguien trae algo a alguien, es decir, parece que estamos ante un S+V+CD+CI. ¿Puede "que te den el trabajo" ser su sujeto? Sustituyámoslo por "eso" y hagamos la prueba de la concordancia:

Eso traerá mucha tranquilidad a esta familia → Esas cosas traerán mucha tranquilidad a esta familia.

Como vemos, la concordancia confirma la oración "que te den el trabajo" como sujeto de "traerá".

Entonces, ¿cómo sé que una oración es el sujeto de otra oración? Siguiendo estos pasos:

  1. Intento sustituir la oración que podría ser el sujeto por el pronombre "eso": Eso traerá mucha tranquilidad a esta familia
  2. Compruebo si eso es el sujeto de la oración. Para ello utilizo la prueba de la concordancia: si cambio el verbo a plural, debería obligarme a cambiar eso a plural: Esos/Esas cosatraerán mucha tranquilidad a esa familia.
  3. Efectivamente el pronombre eso concuerda con el verbo en número y persona. Por lo tanto es el sujeto de la oración y, así, la oración que hemos sustituido con él también tiene función de sujeto.

Los sujetos que quedan expulsados de su oración por un SE

Las oraciones impersonales con "se" son mucho más fáciles de identificar si seguimos los pasos que hemos planteado en nuestro método de análisis. Lo que ocurre en estas frases es que el sujeto de un verbo que no es impersonal y cuya estructura semántica sí tiene sujeto queda expulsado de su propia oración por un "se" que le impide manifestarse. Lo vemos con un ejemplo:

  • El verbo "trabajar" tiene la siguiente estructura semántica: alguien trabaja → S+V.
  • Una oración que refleja esta estructura sería la siguiente: Los alumnos de la universidad trabajan mucho
  • En el ejemplo anterior, el sujeto es "los alumnos de la universidad", porque realiza la acción y, sobre todo, porque concuerda con el verbo.
  • Si introduzco un "se" en esta oración, impido que "los alumnos de la universidad" aparezcan como sujeto, la impersonalizo

*Los alumnos de la universidad se trabajan mucho.

Se trabaja mucho en la universidad.

  • Cuando analizamos las dos oraciones anteriores vemos que, en la primera, el "se" es un pegote que impide introducir un sujeto y que, al hacerlo, obtenemos un resultado agramatical; en la segunda, formulamos una oración gramatical parecida de significado, pero sin sujeto. El verbo aparece por defecto en tercera persona del singular, pero no está concordando con ningún elemento de la oración.

¿Y para qué sirve decir las cosas así, de forma impersonal? Pues para no implicarse, para que nadie -ningún sujeto- asuma responsabilidad sobre la acción o la idea que se lanza. Se utilizan para intentar expresar ideas de forma objetiva, como si no fueran de nadie o no las dijera nadie en concreto; o se expresan hechos como si no los hubiera provocado nadie, sin responsabilizar a un sujeto de ellos:

La organización ha avisado de un cambio horario./ Se ha avisado de un cambio horario.

Ahora ya sabréis cómo analizar sintácticamente una impersonal, cómo interpretarla en un texto y cómo utilizarla para escurrir el bulto de algo...

El engendro sintáctico-semántico de la pasiva refleja

El otro "se" aterrador de la sintaxis es el de la pasiva refleja. ¿Qué es esto? Se trata de oraciones donde se han revuelto de una forma muy extravagante la sintaxis y la semántica. Veamos:

La voz activa de los verbos es la que utilizamos frecuentemente y, en ella, los sujetos tienen un papel activo (realizan la acción) y los complementos directos uno pasivo (reciben o se ven afectados por la acción).

Juan abrió la puerta.

En la voz pasiva invertimos estos papeles, de forma que colocamos en el sujeto al elemento pasivo y en el complemento agente al activo: 

La puerta fue abierta por Juan.

La pasiva refleja se ha llamado también "voz media", porque es una construcción donde se mezclan elementos de la activa y de la pasiva. El sujeto es el elemento pasivo, pero no hay complemento agente y el verbo está construido en voz activa con un "se". El resultado es que parece que el mismo elemento realiza y sufre la acción simultáneamente, es decir, como si el sujeto y el complemento directo se fusionasen (de ahí su nombre de "pasiva refleja"):

La puerta se abrió

¿Cómo distinguimos la pasiva refleja de la oración impersonal con "se"? Una vez más, la prueba de la concordancia es la clave. Las oraciones impersonales no tienen sujeto y, por tanto, el verbo, al no concordar con ningún elemento, aparece siempre en 3ª persona del singular por defecto, sin que se pueda pasar a plural. Por el contrario, la pasiva refleja siempre tiene un sujeto al que podemos aplicarle una prueba de concordancia con el verbo. Esto es lo que nos ayudará a distinguirlas:

Se cotillea demasiado en esta clase → *Se cotillean demasiado en estas clases →  Impersonal

Se vende mucho café aquí → Se venden muchos cafés aquí → Pasiva refleja

Test de reconocimiento del sujeto

En este documento descargable encontrarás un test de 50 oraciones en las que tienes que identificar el sujeto. Para ello, se te ofrecen respuestas de opción múltiple. Si haces este ejercicio y resuelves tus dudas en clase, ¡estarás listo para los sujetos más peliagudos del mundo!