Con autor
La literatura culta se define por sus diferencias con la literatura popular. Si en la literatura tradicional no hay autor, en la culta, sí hay un autor reconocido que firma con su nombre. En la literatura española se reconoce a Gonzalo de Berceo con sus Milagros de Nuestra Señora como uno de los primeros autores de los que conocemos el nombre. También cabe destacar la curiosa forma que tuvo Fernando de Rojas de confirmar su autoría de La Celestina ya que usó un acróstico en el prólogo, es decir, la primera letra de cada verso formaba su nombre:
Fuertes más que ella por cebo la llevan:
En las nuevas alas estaba su daño.
Razón es que aplique a mi pluma este engaño,
No disimulando con los que arguyen;
Así que a mí mismo mis alas destruyen,
Nublosas e flacas, nacidas de hogaño.
PROSIGUE
Donde ésta gozar pensaba volando,
O yo aquí escribiendo cobrar más honor,
[...]
Fernando de Rojas. La Celestina. Cátedra.
Por otro lado, frente a la oralidad de la literatura popular, la literatura culta es escrita y, por lo tanto, el lenguaje está planificado pues se hace un ejercicio de elaboración que requiere pensar con anterioridad lo que se quiere escribir. Además, en lugar de tener varias versiones, en la literatura culta no tenemos variaciones. Por ejemplo, el primer libro de Harry Potter no ha sufrido modificaciones a pesar de que se hayan vendido millones de copias. No obstante, hay autores como Juan Ramón Jiménez, que cambiaba una y otra vez sus poemas con tal de ir depurándolos y eso ha provocado que haya distintas versiones de un mismo poema. Con todo, Juan Ramón Jiménez no deja de ser una excepción porque lo normal es que los textos publicados no se modifiquen. Es posible que, cuando las copias eran manuscritas, hubiera alguna variación pero, desde la llegada de la imprenta, las copias son fidedignas y sin variantes.
Pasaremos a continuación a revisar las características que tienen los géneros literarios cultos:
Poesía
La poesía culta suele reconocerse porque sus versos son más largos que los de la poesía popular. En esta se usaban versos octosílabos y, en la poesía culta, se solían usar versos de arte mayor como el endecasílabo. Los subgéneros líricos que nos podemos encontrar se pueden clasificar según el propósito del poema:
- Oda: es un tipo de composición que se usa como alabanza de algo o alguien. El poeta Pablo Neruda escribió un libro llamado Odas elementales, en el que podemos encontrar distintas odas como esta de la cebolla:
[...]Estrella de los pobres,
hada madrina
envuelta
en delicado papel,
sales del suelo,
eterna, intacta, pura
como semilla de astro,
y al cortarte
el cuchillo en la cocina
sube la única lágrima
sin pena.
Nos hiciste llorar sin afligimos. [...]
Pablo Neruda. Odas elementales. Cátedra.
En otro tipo de manifestaciones artísticas como la música también encontramos composiciones de alabanza como esta conocida canción: «Oda a la alegría»
- Elegía: se trata de un poema en el que se lamenta la muerte de un ser querido. La elegía más conocida de la literatura española es la que Miguel Hernández le dedica a su amigo Ramón Sijé cuando murió con 22 años solamente. Algunos de los versos más conmovedores son estos:
[...]Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado. [...]
Miguel Hernández. El rayo que no cesa. Espasa-Calpe.
- Canción: es una composición poética en la que se expresan sentimientos relacionados con el amor como la «Canción desesperada» de Pablo Neruda.
- Égloga: es un poema en el que unos pastores refinados hablan de sus amores en un ambiente bucólico, es decir, ideal en medio de la naturaleza. El autor más conocido de églogas es Garcilaso de la Vega.
- Sátira: es un tipo de poema que tiene intención burlona y se usa para criticar costumbres y personas. Es muy conocido el cruce de sátiras que mantuvieron Francisco de Quevedo y Luis de Góngora, como se puede comprobar en esta composición tan famosa en la que Quevedo habla de la nariz de Góngora:
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado; [...]
Francisco de Quevedo. "A una nariz". Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Narrativa
Como sabemos, en el género narrativo un narrador cuenta lo que le sucede a unos personajes en un lugar y tiempo determinados. La estructura a la hora de contar lo que le pasa a los personajes puede variar ya que podemos hacerlo de forma lineal, es decir, siguiendo los acontecimientos de forma cronológica, o dando saltos en el tiempo o empezando directamente en el nudo de la historia. La narrativa es el género más cultivado de todos por lo que hay muchas formas de abordar las historias, los personajes, la estructura de las acciones... En cualquier caso, podemos señalar cuáles son los principales subgéneros narrativos que, en muchas ocasiones, se dividen por la extensión:
- Novela: es una narración larga de ficción. Según sea el tema que trate podemos hablar de novela de aventuras, novela negra, histórica, realista... Con seguridad, se te ocurrirán títulos de novelas y autores que has leído en clase, como Las brujas, de Roald Dahl, o El reino de las tres lunas, de Nando López.
- Cuento: es un relato breve de ficción. Por su brevedad, los personajes no están detallados y la trama suele ser sencilla. Hemos visto que los cuentos pueden ser populares pero debemos saber que también hay cuentos cultos con un autor reconocido. Por ejemplo, los terroríficos cuentos de Edgar Allan Poe, como «El gato negro» o «El corazón delator» son cuentos cultos que no tienen que ver ni con la oralidad ni con el mundo infantil.
- Leyenda: igual que sucede con el cuento, la leyenda es más conocida como género popular que culto pero tenemos ejemplos de este tipo de narraciones que mezclan lo real con lo sobrenatural en las Leyendas de Bécquer.
- Microrrelato: las características principales de este tipo de narración son la brevedad y la concisión. Cuando estos microrrelatos empezaron a conocerse también se decía que el título era muy importante así como mantener la tensión hasta que el final nos daba una sorpresa. En la actualidad, hay tantos autores de microrrelatos que parece osado atreverse a encorsetar a estas pequeñas criaturas literarias con este tipo de características. El microrrelato más famoso es «El dinosaurio» de Augusto Monterroso o los de Eduardo Galeano. Vamos a leer «Rememoración final» de Juan Pedro Aparicio:
Supo de inmediato que el paracaídas no se le abriría. Estaba a tanta altura que todavía tardaría varios minutos en estrellarse contra el suelo. Era tan joven que tenía muy poco que rememorar de su vida pasada mientras que se dolía por la pérdida de aquella otra que ya no iba a conocer. En su mente se produjo entonces una súbita aceleración. No tenía novia, pero conoció a una chica en la piscina y se casó con ella. Tuvieron dos hijos. El mayor se hizo militar como él. El menor, cosa sorprendente, guionista de televisión. [...] Sus nietos, sólo dos, se llamaron Daniel y Adela, nombres que no tenían tradición en la familia. Sólo sentía la pena de no poder asistir a la boda de su nieta, aunque los viejos se acostumbran pronto a la muerte, como si fuera un animal de compañía . Y él, cuando su cuerpo se rompió contra el suelo, ya había alcanzado los ochenta y tres años de vida.
Juan Pedro Aparicio en la antología Ciempiés. Los microrrelatos de Quimera. Montesinos
Teatro
El teatro es el género literario cuyo objetivo es ser representado. Por lo tanto, no solo es el texto escrito sino que también incluye explicaciones sobre cómo los actores encarnan a los personajes que, bajo las indicaciones del director, hacen revivir la historia. Aunque ha habido épocas en las que el teatro se escribía para ser leído, lo normal es que el teatro se escriba sabiendo su dimensión de espectáculo y siendo conscientes del equipo humano que se necesita para montar una obra de teatro: luces, sonido, vestuario, atrezzo... Todos dispuestos y todo puesto a disposición del espectáculo para que el público se identifique con esos personajes dramáticos, se conmueva con ellos y salga del teatro transformado.
En la construcción del texto no solo hay diálogo entre los personajes: también puede haber monólogos o apartes, que es ese gesto que tienen algunos actores cuando hablan con el público aparentando que nadie más los oye. Además, el dramaturgo incluye una serie de acotaciones para indicar aspectos teatrales como la disposición del espacio o la forma en la que los personajes dicen las palabras o lo que tienen que hacer.
Como sucede en la poesía y la narrativa culta, los autores de teatro culto también son reconocidos. Veremos ahora los subgéneros tradicionales del teatro:
- Tragedia: se dice que la tragedia es el género tradicional del teatro porque habla de un héroe al que le suceden cosas serias y hechos dolorosos con un final trágico. Los orígenes de la tragedia tienen que ver con los ritos de la Antigua Grecia en los que se hacía una representación con un grupo de personas que formaban el coro. Estas representaciones eran al aire libre y tenían un lugar específico para representarse. Eurípides, Sófocles y Esquilo son nombres de los grandes autores de tragedias clásicas. Con el tiempo destaca también Shakespeare con tragedias como Romeo y Julieta o Hamlet y, en España, Lorca con sus tres grandes tragedias: La casa de Bernarda Alba, Yerma y Bodas de Sangre.
- Comedia: es el género teatral cuyo objetivo es entretener al público a través de conflictos sencillos que se resuelven de forma feliz. Los personajes son personas normales de cualquier clase social que muestran su lado humano y su forma de hablar popular. Aristófanes y Plauto son autores de comedia clásicos y, en la actualidad, también hay autores que aprovechan la comedia para reflejar los defectos del ser humano desde una perspectiva grotesca. Aquí tenemos un ejemplo de Carles Cano:
CERDO: […] Pero… pero… ¿de dónde viene ese olor? (Huele con frenesí y se dirige hacia el lobo y Caperucita que aún están unidos por la ristra de morcillas del principio.) ¡Sí, sí! ¡Es mi hermano! (Emocionado.)
TODOS: ¿Quééééé? ¿El lobo es tu hermano?
CERDO: ¡Nooooo! ¡Buhúuuuuuu! (Llora) Las morcillas… ¡Buhúúúúú, hip, hip…!
CAPERUCITA: ¿Cómo puedes estar tan seguro?
CERDO: Huelen a su perfume, una combinación de extracto de cáscara de patata, barro y boñiga de vaca que él mismo se fabricaba. (Vuelve a husmear.) Síííí, estoy segurísimo; es él… ¡Buhúuuuuuu!
Carles Cano. Te pillé, Caperucita. Bruño.
- Drama: por último, el subgénero dramático se define como la mezcla de elementos trágicos y cómicos. Generalmente los personajes son cotidianos como en la comedia pero tienen que emprender un recorrido vital de gran relevancia, como sucede en la tragedia. Desde La Celestina, de Fernando de Rojas, pasando por Calderón de la Barca o Lope de Vega, hasta los autores contemporáneos, el drama es un género muy trabajado en el teatro.
