Cuéntame un cuento
¿Quién se acuerda de la primera vez que le contaron una historia? ¿Alguien recuerda un cuento que le gustara mucho y que se lo leyeran una y otra vez? ¿Siempre estaba contado de la misma manera? Desde pequeños nos duermen cantándonos nanas y contándonos historias. Muchos de nuestros juegos infantiles van acompañados de canciones. Probablemente este tipo de canciones sea nuestro primer contacto con la literatura popular. Veamos por qué.
En primer lugar tenemos que señalar que la literatura popular recibe también el nombre de literatura tradicional porque tiene que ver con las costumbres tradicionales y con la cultura de una sociedad. Esos cuentos que nos contaron de pequeños son populares y forman parte de la literatura tradicional. Pero no solo pertenecen a nuestra cultura personal: la literatura popular aparece en todas las culturas como una expresión artística del pueblo, entendido como el conjunto de gentes de un lugar. Su difusión tiene que ver con la oralidad porque, como se suele decir, pasan de generación en generación a través de la palabra dicha. Su condición oral hace que haya distintas versiones de una misma historia o canción. No obstante, aunque se transmiten de forma oral, se han recopilado de forma escrita. Por ejemplo, los hermanos Grimm coleccionaron y publicaron relatos populares como Blancanieves, La Cenicienta o La bella durmiente. Es probable que las historias que recopilaron los hermanos Grimm te hayan llegado a través de películas de Disney pero, como sabrás, son mucho más antiguas.
La gran diferencia con la literatura culta es que se desconoce el autor, es decir, se trata de creaciones que son anónimas. Canciones como los villancicos, las nanas pero también otras producciones como los cuentos, los refranes, las adivinanzas e incluso los trabalenguas son ejemplos de literatura popular.
Por lo general, podemos decir que suelen ser producciones breves con estructuras repetitivas que ayudan a memorizarlas. En muchas ocasiones están escritas en verso y van acompañadas de una melodía que también ayuda a recordarlas con más facilidad.
A continuación, veremos cómo se clasifican estas producciones populares según el género literario al que pertenecen:
Poesía
Como sucede con la literatura en general, a la poesía popular se le llama también poesía tradicional. Se caracterizan fundamentalmente por su gran musicalidad que viene dada por la abundancia de versos cortos y repeticiones. El poeta español Manuel Machado resumía con estos versos el sabor popular de las coplas:
Hasta que el pueblo las canta
las coplas, coplas no son;
y cuando las canta el pueblo
ya nadie sabe el autor.
[...]
Que, al fundir el corazón
en el alma popular,
lo que se pierde de nombre
se gana de eternidad.
Manuel Machado. Cante hondo. Mundo Latino.
Las estrofas más conocidas de poesía popular son las siguientes:
- Canción tradicional: se trata de poemas breves de arte menor (versos de menos de ocho sílabas) con rima consonante y sencilla. Se manifiestan en primera persona y suelen tratar de amor o de aspectos de la vida cotidiana como las fiestas o el trabajo en el campo. Las canciones infantiles son un ejemplo de canción tradicional como, por ejemplo, la famosa canción de «El señor don gato»:
Estaba el señor don Gato
sentadito en su tejado,
marrama, miau, miau, miau,
sentadito en su tejado.
La autora Gloria Fuertes usó este gusto popular en sus poemas, sobre todo, en la producción de poemas infantiles:
El Gato Garabato no se encuentra nada en la Luna.
GATO: Un volcán que no funciona,
y ni una sola persona.
No hay tejados en la Luna,
y yo soy gato.
No hay poetas en la Luna,
y yo soy gato.
No hay sardinas en la Luna,
y yo soy gato.
No hay ratones en la Luna,
y yo soy gato,
aquí no tengo nada que hacer,
este astrofio me extraña,
me vuelvo a España. [...]
Gloria Fuertes. Antología de Gloria Fuertes para niños. Susaeta.
- Romance: es un poema narrativo porque generalmente se cuentan las hazañas de un héroe aunque puede tratar cualquier tema. Es un conjunto de versos octosílabos con rima asonante en los pares. Tuvo mucho éxito en la Edad Media porque los juglares se encargaban de hacer un espectáculo itinerante contando estas historias. No obstante, no solo es un subgénero que se haga en la Edad Media porque autores como Lorca, con su Romanceo gitano, o Miguel Hernández, con el Cancionero y romancero de ausencias, recuperan esta forma tradicional a principios del siglo XX. Incluso Rosalía, la cantante, se basó en un libro de romances para crear su disco El mal querer. Un romance conocido es el del conde Olinos:
Madrugaba el Conde Olinos,
mañanitas de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.Mientras el caballo bebe,
canta un hermoso cantar;
las aves que iban volando
se paraban a escuchar.Desde las torres más altas
la Reina le oyó cantar.
—Mira, hija, cómo canta
la sirenita del mar.—No es la sirenita, madre,
ni menos es su cantar;
que es la voz del Conde Olinos
que por mí penando está.—Si es la voz del Conde Olinos
yo le mandaré matar,
que para casar contigo
le falta sangre real.—No le mande matar, madre,
Popular
no le mande usted matar;
que si al Conde Olinos mata
a mí la muerte me da—.
[...]
Narrativa
Al hablar de narrativa popular nos referimos a los relatos ficticios creados por el pueblo con la finalidad de entretenerse, contar una historia o darse explicaciones para algunas incógnitas. Los tipos de narrativa popular más conocidos son estos:
- Cuentos populares: se trata de los cuentos que todos conocemos. Son narraciones breves con un lenguaje sencillo y una estructura clara: un marco, en el que se presenta el lugar, el momento y el personaje principal; un nudo o desarrollo, en el que al personaje le pasa algo y tiene que tomar decisiones; y un final, donde la historia tiene un desenlace, generalmente feliz. Seguramente podremos colocar las frases más conocidas de los cuentos en estos tres bloques: Había una vez, en un país muy, muy lejano (marco); de repente, se encontró con el lobo (nudo o desarrollo); y fueron felices y comieron perdices (final). Los personajes, por lo general, no son descritos de manera pormenorizada sino que más bien se trata de personajes típicos. Si incluyen hechos fantásticos o relacionados con la magia reciben el nombre de cuentos maravillosos como, por ejemplo, Cenicienta; por otro lado, si los personajes son reales y cotidianos, se les llama cuentos realistas; y, si los protagonizan animales y tienen moraleja, se les llama fábulas. En muchas ocasiones, estos cuentos se han usado con un objetivo didáctico. Es conocida la obra El conde Lucanor que escribió Don Juan Manuel en el siglo XIV y en la que usa una serie de relatos para enseñar al conde Lucanor a resolver problemas.
- Leyendas: son historias que mezclan la realidad con la ficción hasta el punto de que, en ocasiones, hay personas que creen que son reales. En muchas ocasiones tienen que ver con un lugar concreto, con la naturaleza de ese lugar... Por ejemplo, son muy conocidas las leyendas de miedo como la de la chica de la curva o la de la Santa Compaña. El interés por este tipo de narraciones populares se despertó de nuevo en el Romanticismo y, prueba de ello, es que el autor romántico español Gustavo Adolfo Bécquer publicó las Leyendas.
- Mitos: son textos narrativos en los que se intenta explicar fenómenos relacionados con la naturaleza. En estos relatos, los protagonistas son dioses o héroes. Es muy conocida la mitología de Grecia y Roma con mitos como el de Pandora o Cupido, que puedes ver en el siguiente vídeo:
Teatro
Al teatro popular se le ha llamado muchas veces teatro menor porque son representaciones breves llenas de música y humor que tratan sobre temas cotidianos. Los personajes suelen ser prototípicos y fácilmente reconocibles por el público: el bobo, el señor, la dama... En muchas ocasiones, el teatro popular está relacionado con fiestas populares como la Navidad, la Semana Santa o el Carnaval. De hecho, el primer escrito teatral que tenemos en castellano es El auto de los Reyes Magos, que es una especie de guion en el que se dividen los parlamentos que cada rey tiene que decir. Los tipos de teatro popular que nos encontramos son:
- Pasos: son obras de teatro breve que servían de paso entre los actos de una obra de teatro. Estaban llenos de comicidad porque la finalidad era hacer reír al espectador. Aunque hemos insistido al principio sobre el anonimato como una de las características de la literatura popular, tenemos que reconocer el nombre de Lope de Rueda como el autor que inventa los pasos teatrales. Que tengan autor no significa que no fueran populares porque, como ya hemos señalado, su intención era entretener al público.
- Entremeses: son los herederos de la brevedad y la comicidad de los pasos de Lope de Rueda. La diferencia es que los entremeses están escritos en verso y aparecen más personajes.
- Sainetes: se utiliza esta palabra desde el siglo XVIII al siglo XX para referirse a una obra cómica y breve de un solo acto que, como los entremeses y los pasos, se representaba en el descanso del teatro. Sin embargo, con el paso del tiempo tomaron cierta relevancia y empezaron a representarse de forma independiente.
- Títeres: es un espectáculo con marionetas. En estos espectáculos de guiñol, las marionetas están manipuladas por actores y suelen dirigirse al público y hablar con él. Aunque se tiende a asociar los títeres con espectáculos infantiles, no solo sorprenden a los niños.
- Mimo: es una representación gestual que no emplea las palabras. Tiene que ver con el clown o payaso que todos sabemos identificar por su vestuario y su maquillaje.
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Puede resultar interesante hablar de las historias verdaderas de los cuentos tradicionales y cómo la versión de Disney ha dulcificado algunos aspectos truculentos. En este artículo hablan sobre ello y en esta lista de reproducción puedes elegir sobre qué cuento quieres conocer la verdadera historia.