Tempus fugit
¿En algún momento has sentido que el tiempo pasa muy deprisa o más despacio de lo normal? Seguramente, si te estabas aburriendo te parecería que el tiempo iba muy lento y, por el contrario, si te lo estabas pasando bien, el tiempo pasaba rápido. Que el tiempo pasa es, evidentemente, algo que nos preocupa porque tenemos muchas frases hechas y refranes que se refieren al tiempo: «el tiempo es oro», «el tiempo vuela», «dar tiempo al tiempo»...
Uno de los tópicos que más se ha repetido a lo largo de la historia es el «carpe diem» que significa «aprovecha el día». Se entiende que este tópico es una invitación a vivir el presente, a disfrutar de la vida, a ese otro refrán tan popular que dice «a vivir que son dos días».
Esta invitación a disfrutar de cada día puede convertirse en una angustia si piensas que no estás aprovechando lo suficiente. Por ello, de la mano del tópico del «carpe diem» tenemos el «tempus fugit», el tiempo huye, y el «ubi sunt?», que se refiere a dónde están las cosas que teníamos antes y que el tiempo ha hecho que dejemos de tener.
Además de la literatura, la publicidad también ha usado este tópico para animarnos a consumir un producto concreto. No es extraño encontrarse anuncios con frases como «ahora o nunca», «vive ahora» o «es tu momento».
En la literatura, la fugacidad de la vida se ha abordado desde todos los géneros y en todas las épocas por lo que los textos que aparecen a continuación son unos ejemplos de tantos que podemos encontrar tanto en la literatura como en las canciones, películas, series...
Gozad
La Celestina es una obra de principios del siglo XVI. En ella, la Celestina es la encargada de hacer que Melibea se enamore de Calisto. En este fragmento podemos ver cómo la misma Celestina anima a su criada Elicia y al criado de Calisto, Sempronio, a disfrutar de la juventud:
CELESTINA:
[...] Gozad de vuestras frescas mocedades, que quien tiempo tiene y mejor lo espera, tiempo viene que se arrepiente, como yo hago ahora por algunas horas que dejé perder, cuando moza, me preciaba, cuando me querían. Que ya, ¡mal pecado!, he caducado, nadie me quiere. ¡Que sabe Dios mi buen deseo!
Besaos y abrazaos, que a mí no me queda otra cosa sino gozar de verlo.
Fernando de Rojas. La Celestina. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
No esperes a mañana
Muchos poetas han dedicado sus palabras a animar a sus lectores a disfrutar de la vida y seguir el tópico del «carpe diem». En este caso, hemos elegido este poema del poeta contemporáneo Luis Alberto de Cuenca:
Collige, virgo, rosas.
Niña, arranca las rosas, no esperes a mañana.
Córtalas a destajo, desaforadamente,
sin pararte a pensar si son malas o buenas.
Que no quede ni una. Púlete los rosales
que encuentres a tu paso y deja las espinas
para tus compañeras de colegio. [...]
Goza labios y lengua, machácate de gusto
con quien se deje y no permitas que el otoño
te pille con la piel reseca y sin un hombre
(por lo menos) comiéndote las hechuras del alma.
Y que la negra muerte te quite lo bailado.
Luis Alberto de Cuenca. «Collige, virgo, rosas» en Por fuertes y fronteras. Editorial: Colección Visor de poesía.
Hoy nunca volverá
Almudena Grandes es una novelista que, además, escribe artículos periodísticos. En esta columna de opinión usa el tópico del paso del tiempo para que la situación política no nos impida disfrutar de la primavera:
[...]
Por eso prefiero volver la vista atrás, hacia nuestros antepasados latinos, que para los bárbaros del Norte eran un hatajo de holgazanes hedonistas y derrochadores, ensimismados en placeres estériles, tan improductivos como la filosofía. Ellos nos lo enseñaron, disfruta del día, no desperdicies las horas de hoy, porque son únicas e irrepetibles, porque son tuyas, y cuando vuelen, no las recuperarás.
Eso es todo lo que puedo decirles hoy, carpe diem, porque ni siquiera Merkel tiene poder para arruinar la dulzura de la primavera en el sur de Europa, el aire fresco, crujiente, de estas mañanas que parecen estrenar el universo entero en cada amanecer. Disfrútenlas, salgan a la calle, siéntense al sol y resistan en el bendito nombre de la felicidad. Niéguense a acatar una angustia mucho más estéril, más improductiva que el optimista hedonismo que nos reprochan, porque los que dicen que saben, no saben nada, porque los que tenían la clave, no tienen ni puñetera idea, porque la verdad de ahora, será mentira mañana, pero el día de hoy nunca volverá. Carpe diem. [...]
Almudena Grandes. «Carpe diem» en El País.
Ser vieja
Otra poeta contemporánea, Juana Castro, reflexiona en este poema sobre lo que supone en la sociedad actual dejar de ser joven:
Anunciación
Pues sí, he decidido que soy vieja
y he decidido además que voy a proclamarlo,
porque así no habrá malentendidos.
Soy vieja ¿pasa algo? Pasa
todo lo que ha pasado, todo pasa.[...]
Qué indecencia ser vieja
cuando sólo lo joven es valioso y se nombra.
Juana Castro. La Bámbola. Intrusos en la red. Editorial: EH Editores.