El diseño de una unidad didáctica desde el enfoque MITAA no tiene nada de especial. Tan solo va a exigir al docente algo más de anticipación que en el enfoque tradicional ya que en lugar de ir presentando contenidos, tareas y deberes día a día, ahora deberá hacerlo todo al comienzo de la unidad recogiendo toda esa información en un Plan de trabajo o autorregulación individualizado que entregará a cada alumno en cada área.
La elaboración de los planes de trabajo es, sin duda, un punto clave para el éxito del proceso. Este instrumento va a vertebrar todas las actuaciones del MITAA y por lo tanto su configuración debe ser el resultado de un minucioso proceso de reflexión. De este modo, partiendo de los modelos que en su día planteó Freinet y actualizándolos para que se adapten a las circunstancias actuales, consideramos que los planes deben tener tres apartados principales para facilitar el acceso a la información recogida en ellos:
- BLOQUE DE ACTIVIDADES: este apartado recoge las tareas de la unidad didáctica así como las condiciones para su realización (tiempo, lugar en el que deben realizarse, etc.). Por cuestiones de espacio en el plan no se describe cómo se realizan o en qué consisten. Simplemente se señalan cuáles hay que hacer (ya sean del libro, a partir de una ficha o de cualquier otro tipo). Por este motivo resulta interesante que los alumnos ya conozcan la estructura básica de las actividades ya que esto ahorra tiempo de explicaciones.
- BLOQUE DE TEMPORALIZACIÓN: el plan incorpora una tabla-calendario con la temporalización de la unidad didáctica que ordena las actividades a realizar.
- BLOQUE DE EVALUACIÓN: en el reverso del plan se incluye un apartado que recoge las escalas de valoración y los criterios de calificación de las actividades de la unidad.
Existen distintas formas de presentar la información de estos tres bloques en el plan según el nivel o curso en el que nos encontremos. Veamos algunas opciones.