¿Cómo es?
Para poder contar la historia de unos personajes, la narración necesita que haya un narrador que, ya sea interno o externo, nos vaya relatando la historia. Pero si la acción es importante, también es fundamental conocer cómo son los personajes y los lugares donde transcurre la acción. También conseguimos hacernos una idea del comportamiento de los personajes observando cómo interactúan con el resto de personajes. Para que seamos capaces de ver con nuestra imaginación lo que estamos leyendo, se usan, además, otros dos tipos de texto que se insertan en el relato y lo enriquecen: la descripción y el diálogo.
Narración
Ya hemos visto cuáles son los elementos fundamentales de la narración. Además, las características formales que nos vamos a encontrar en una narración son la abundancia de verbos, que son, al fin y al cabo, los encargados de señalar las acciones de los personajes, y los marcadores temporales, que ayudan a organizar el discurso como, por ejemplo, al principio, luego, después, entonces, al final...
Descripción
La abundancia de adjetivos que expresan las características de algo o alguien es un rasgo típico de la descripción. También es frecuente encontrar enumeraciones o comparaciones para hacernos una idea de la imagen que está recreando el autor.
En cualquier relato, hay partes en las que se describen los lugares donde sucede la acción con tal de crear un ambiente propicio para lo que va a pasar. Por ejemplo, en un relato de miedo, la descripción del paisaje o el lugar donde van a suceder los acontecimientos hace que nos imaginemos a la perfección dónde se ubica la acción. La descripción de lugares recibe el nombre de topografía.
De la misma manera, conocemos tanto los rasgos físicos como los rasgos de personalidad de los personajes porque, a través de su descripción, conseguimos tener un retrato de ellos. Que los personajes de una obra nos caigan bien o mal depende, muchas veces, no solo de lo que hacen sino también del retrato que nos hemos hecho de ellos. Cuando la descripción se centra en los rasgos físicos, es una prosopografía y, cuando lo hace en los rasgos psíquicos, se trata de una etopeya.
Diálogo
Los personajes intercambian mensajes para comunicarse entre ellos. Hay dos formas de reproducir el diálogo que mantienen unos personajes. Por un lado, puede estar escrito de forma directa, esto es, reproduciendo exactamente las palabras que dicen los personajes («-Os salvaré. -dijo el capitán Trueno») o bien de forma indirecta que es cuando el narrador interpreta lo que dicen los personajes («Entonces el capitán Trueno dijo que los salvaría»).
Las características de los diálogos que encontramos en la narración son parecidas a las que señalaríamos en una conversación oral: las intervenciones suelen ser cortas, hay preguntas y respuestas, se puede reproducir la forma de hablar de los personajes... Además, aparecen verbos de dicción que son los que señalan lo que dicen los personajes: dijo, comentó, preguntó, contestó...