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Características

Trucos para memorizar

Como ya hemos visto, los juglares recitaban en público las historias de los héroes. Pero, como podrás imaginar, acordarse de todos los detalles que tenían que narrar era un poco complicado. Para ello, estos trovadores utilizaban algunos trucos como el recitado en verso para acordarse mejor. Es posible que te parezca más difícil memorizar un texto narrativo en verso que en prosa pero, si lo piensas un poco, seguramente recuerdes con más facilidad las palabras exactas del estribillo de una canción que cualquier cuento que te contaban de pequeño palabra por palabra. Aunque parezca extraño, el verso tiene sus ventajas a la hora de memorizar. 

Un niño imagina ser un superhéroe.
Freepik / Jcomp. Superhero (Foto de Chico creado por jcomp - www.freepik.es)

Métrica

En primer lugar, debemos tener en cuenta que generalmente los versos eran de 18 sílabas. Los juglares estaban muy acostumbrados a encajar sus historias en esta estructura. No obstante, la métrica podía sufrir irregularidades por la exigencia del recitado en voz alta o incluso cantado. La memoria de los juglares, como la nuestra, a veces cambiaba una palabra por otra y esa métrica bailaba levemente. ¿Quién no le ha cambiado alguna palabra a una canción? 

Estos versos se organizaban en tiradas o series. El número de versos de cada tirada puede variar en función del tema que se esté tratando. Podemos decir que son como las distintas estrofas que componen una canción. 

Rima

Por otro lado, tenían la rima. Ya sabemos que la rima consonante es aquella que repite todos los sonidos a partir de la vocal de la sílaba acentuada. Sin embargo, la rima consonante resulta muy compleja para memorizar las historias por lo que se empleaba mayoritariamente la rima asonante, es decir, la repetición de los sonidos vocálicos únicamente. De esta manera, los juglares podían saber en qué palabra terminaba cada verso. 

Recursos

Además del ritmo y la rima, los juglares usaban la mímica para reforzar su narración. Otro recurso que usaban frecuentemente era el epíteto épico. Se trata de una expresión de alabanza que pretende ensalzar las cualidades del héroe: su origen, sus habilidades, su carácter, su aspecto... Se repetían frecuentemente a lo largo de todo el discurso y les ayudaba a encajarlos en la estructura para que la métrica mantuviera el ritmo. Si tomamos como ejemplo al héroe Rodrigo Diaz de Vivar, el Cid, podemos leer algunos epítetos épicos como «el buen Campeador» o «el de la barba vellida».

Igual que nos sucede con los cuentos tradicionales, las modificaciones y variaciones son muy comunes. Hagamos una prueba. ¿Cómo termina Caperucita? ¿El final de esta niña vestida de rojo es exactamente igual para todos los de la clase o hay distintas versiones? Los juglares adaptaban su espectáculo al público para parecer cercanos o porque les fallaba la memoria. Por todo ello, decimos que las obras narrativas en verso son anónimas y colectivas. Al ser recitadas oralmente, muchas de estas historias se han perdido y no tenemos manera de recuperarlas. 

Los juglares venían a ser los narradores orales de las historias de un héroe en un lugar y época concreta por lo que podemos afirmar, sin lugar a dudas, que se trata de una narración con la particularidad de que, para memorizarlos mejor y facilitar el recitado, se hacían en verso. 

Tú serás mi héroe

Todos estamos familiarizados con la idea del superhéroe de las películas que viene a salvar el mundo gracias a sus poderes extraordinarios. En la mitología griega un héroe era un hijo de un dios que, siendo más que un hombre, no llegaba a ser un dios. Hay héroes famosos como Aquiles, Hércules... Ya hemos visto que los héroes medievales a los que se les dedicaban narraciones en verso eran modelos de conducta a seguir. ¿En la actualidad hay héroes? ¿Quiénes son? ¿Qué características tienen? 

Es cierto que estamos acostumbrados a escuchar en la televisión que hay héroes cotidianos y más cercanos como pueden ser los médicos, enfermeros, bomberos... porque ponen toda su vida por una causa valerosa. También lo escuchamos de deportistas pero en esta tarea queremos que pienses en alguien cercano a ti que sea una persona a la que te gustaría parecerte. ¿Qué cualidades tiene? ¿Quién es? ¿Por qué?

Después de responder estas preguntas, pondremos en común quiénes son los héroes de la clase y veremos este vídeo para comprobar si nuestros héroes se parecen a los de estos niños: 

Protectora de la Infancia de Chile. ¿Quién es tu héroe? (Licencia de YouTube estándar)

Comparte el recreo con un héroe

Piensa en algo que te haga «famoso» dentro de la clase y que sea algo bueno que tú tengas. Tal y como hemos visto con las características del género narrativo en verso, los héroes tenían un epíteto épico que se repetía tras decir su nombre y nosotros vamos a inventar nuestro propio epíteto épico. 

En la primera imagen, vamos a escribir nuestro epíteto épico personal. Puedes pensar en un adjetivo que hable de alguna de tus cualidades o empezar la frase con «el que...». Por ejemplo, si alguien es conocido por hacer siempre los deberes podría ser «el aplicado» o «el que siempre tiene la tarea hecha». En la segunda ficha, escribiremos nuestro nombre. 

Una vez que todos tengamos escrito nuestro epíteto, vamos a doblar el papel de tal forma que, por un lado, se vea el epíteto y, por otro, nuestro nombre. Se repartirán de forma aleatoria las fichas y cada uno tendrá que adivinar de quién es ese epíteto épico sin mirar el nombre. 

Por último, se pondrá en común diciendo cada uno la siguiente frase: «me ha tocado compartir el recreo con... » y leerá el epíteto épico del compañero para comprobar si el resto de la clase identifica de quién se trata. 

Aquí puedes descargar la ficha en PDF

Dibujo al estilo cómic para el ejercicio.
Isabel Cortijo Delgado. Somos héroes (CC BY-NC-SA)
Dibujo al estilo cómic para el ejercicio.
Isabel Cortijo Delgado. Somos héroes (CC BY-NC-SA)