Trucos para memorizar
Como ya hemos visto, los juglares recitaban en público las historias de los héroes. Pero, como podrás imaginar, acordarse de todos los detalles que tenían que narrar era un poco complicado. Para ello, estos trovadores utilizaban algunos trucos como el recitado en verso para acordarse mejor. Es posible que te parezca más difícil memorizar un texto narrativo en verso que en prosa pero, si lo piensas un poco, seguramente recuerdes con más facilidad las palabras exactas del estribillo de una canción que cualquier cuento que te contaban de pequeño palabra por palabra. Aunque parezca extraño, el verso tiene sus ventajas a la hora de memorizar.
Métrica
En primer lugar, debemos tener en cuenta que generalmente los versos eran de 18 sílabas. Los juglares estaban muy acostumbrados a encajar sus historias en esta estructura. No obstante, la métrica podía sufrir irregularidades por la exigencia del recitado en voz alta o incluso cantado. La memoria de los juglares, como la nuestra, a veces cambiaba una palabra por otra y esa métrica bailaba levemente. ¿Quién no le ha cambiado alguna palabra a una canción?
Estos versos se organizaban en tiradas o series. El número de versos de cada tirada puede variar en función del tema que se esté tratando. Podemos decir que son como las distintas estrofas que componen una canción.
Rima
Por otro lado, tenían la rima. Ya sabemos que la rima consonante es aquella que repite todos los sonidos a partir de la vocal de la sílaba acentuada. Sin embargo, la rima consonante resulta muy compleja para memorizar las historias por lo que se empleaba mayoritariamente la rima asonante, es decir, la repetición de los sonidos vocálicos únicamente. De esta manera, los juglares podían saber en qué palabra terminaba cada verso.
Recursos
Además del ritmo y la rima, los juglares usaban la mímica para reforzar su narración. Otro recurso que usaban frecuentemente era el epíteto épico. Se trata de una expresión de alabanza que pretende ensalzar las cualidades del héroe: su origen, sus habilidades, su carácter, su aspecto... Se repetían frecuentemente a lo largo de todo el discurso y les ayudaba a encajarlos en la estructura para que la métrica mantuviera el ritmo. Si tomamos como ejemplo al héroe Rodrigo Diaz de Vivar, el Cid, podemos leer algunos epítetos épicos como «el buen Campeador» o «el de la barba vellida».
Igual que nos sucede con los cuentos tradicionales, las modificaciones y variaciones son muy comunes. Hagamos una prueba. ¿Cómo termina Caperucita? ¿El final de esta niña vestida de rojo es exactamente igual para todos los de la clase o hay distintas versiones? Los juglares adaptaban su espectáculo al público para parecer cercanos o porque les fallaba la memoria. Por todo ello, decimos que las obras narrativas en verso son anónimas y colectivas. Al ser recitadas oralmente, muchas de estas historias se han perdido y no tenemos manera de recuperarlas.
Los juglares venían a ser los narradores orales de las historias de un héroe en un lugar y época concreta por lo que podemos afirmar, sin lugar a dudas, que se trata de una narración con la particularidad de que, para memorizarlos mejor y facilitar el recitado, se hacían en verso.