¿Cuándo empezaron a contarse historias? Es difícil marcar un momento de la historia en el que naciera la narración, es decir, el contar historias. El género narrativo tiene el objetivo de contar una historia real o ficticia y, si lo pensamos un poco, nosotros mismos hemos crecido con las historias que nos han ido contando. Cuando hablamos de historias no solo nos referimos a los cuentos tradicionales con los que nos han dormido o nos han contado de pequeños sino también a la anécdota que te cuenta un amigo, al suceso que has presenciado y que relatas a tu familia e incluso a la mentira que inventas. A estos relatos cotidianos se les denomina narraciones no literarias. Por otro lado, a las que inventan los escritores les llamamos narraciones literarias y son las que vamos a conocer a continuación. 

Para entender el concepto de género narrativo tenemos que enumerar los elementos que lo configuran: un narrador cuenta la historia que le suceden a unos personajes en un tiempo y lugar determinados:

• El narrador puede confundirse con el autor pero, como sabemos, alguien puede inventarse una historia narrada por un animal y eso, evidentemente, no significa que el autor sea un animal. Digamos que el narrador es la voz desde donde se cuenta la historia y, normalmente, en los libros nos encontramos de dos tipos: el que cuenta la historia en primera persona como si le hubiera pasado a él y el que la cuenta en tercera persona como si fuera un narrador externo que narra lo que le pasa a los personajes.
• Los personajes son los seres reales o ficticios a los que les suceden los hechos que se cuentan. Los personajes se dividen en principales y secundarios según el protagonismo que tengan en la historia. 
• El tiempo y el espacio configuran el marco en el que se encuadra la historia. De esta manera podemos situar la historia en un lugar y en un momento concreto incluso saber en cuánto tiempo transcurre la acción o si hay más de un escenario donde suceden los hechos. 
• Con la acción nos referimos a los acontecimientos que van construyendo el argumento de la historia que se está contando. 

Normalmente, las historias se cuentan de forma lineal pero también se puede optar por contar la historia saltando hacia delante o hacia detrás en el tiempo, que empiece y termine en el mismo punto o que empiece a medias, como en esas películas que tienen un principio potentísimo que hace que quieras seguir viéndolas. Como sucede también en el cine, los temas que se pueden tratar en la narrativa son infinitos: puede haber historias de amor, de aventuras, de ciencia ficción... Dependiendo de la extensión que tengan las narraciones y de lo que estén contando, podemos hablar de subgéneros narrativos como la novela, el cuento, la leyenda o el microrrelato. 

El género narrativo también recibe el nombre de género épico porque, al principio, servía para contar las hazañas épicas de los caballeros. Es curioso porque la narrativa generalmente está escrita en prosa y, sin embargo, los cantares de gesta, que era como se llamaban estas historias de caballeros, se escribían en verso porque se recitaban. Hay otras narraciones escritas en verso como los romances que son historias escritas en versos de ocho sílabas. 

Aunque el género narrativo se caracteriza por la concatenación de acciones lo cierto es que también encontramos fragmentos descriptivos para poder imaginar lo que se nos está contando y diálogos entre los personajes. Cualquier elemento es bienvenido para que esa historia que está encerrada en el libro cobre vida cuando lo abrimos y empezamos a leerla.