Ya hemos visto que los géneros literarios son una forma de clasificar las obras según su forma y contenido. De esta manera, podemos catalogar una obra literaria en el género lírico, narrativo o dramático según sus rasgos más representativos, es decir, si está escrita en verso, prosa o en forma de diálogo. Sin embargo, también sabemos que esta clasificación está llena de excepciones pues también podemos encontrar poesía escrita en prosa, relatos en verso o textos dramáticos muy poéticos. 

En este recurso vamos a estudiar los rasgos más llamativos que hacen que una obra literaria esté dentro del género lírico. Para empezar, se suele decir que es el género en el que se ponen de manifiesto los sentimientos, emociones o reflexiones del yo poético. Por lo tanto, decimos que la lírica es el género de la subjetividad. El poeta manifiesta sus inquietudes en un texto generalmente escrito en verso teniendo muy en cuenta el ritmo de cada verso para que el poema quede equilibrado. Además, juega con la rima para provocar un efecto melódico en el lector. 

Por último, tenemos que destacar el uso que los poetas hacen del lenguaje. Conviene recordar que la literatura es el arte de la palabra y que, como sabemos, las palabras son poderosas porque pueden alegrarnos el día o hundirnos en la miseria. La herramienta fundamental del trabajo de poeta es el lenguaje y, por eso, saben cómo usarlo para llamar la atención del lector, para decir las cosas que todos sentimos, pensamos o experimentamos de una forma tan especial que, al leerla, nosotros mismos pensemos: «es justo lo que siento: yo no habría podido expresarlo tan bien».