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Funciones del lenguaje y figuras retóricas

¿Para qué sirve el lenguaje? Estaremos de acuerdo en que es una herramienta más bien útil... En realidad, el lenguaje prácticamente es la característica que define a nuestra especie y desde luego, sirve para muchísimas cosas. Sin embargo, todas ellas se pueden agrupar en unas cuantas funciones principales. Para nuestros comentarios de texto nos vamos a fijarnos en cuatro de ellas:

Función referencial

Retrato de una mujer indígena mexicana
Pixabay/ RIGOYRBK. Hispanohablantes (Pixabay License)

Para poder entendernos no solo necesitamos compartir un idioma en el que comunicarnos, sino también un contexto que nos dé referentes comunes. Imaginemos que tenemos la suerte de viajar a la Sierra Lacandona, un bosque tropical que está en la frontera de México y Guatemala. Llegamos a una pequeña aldea recóndita donde conocemos a unas personas amables y acabamos comiendo en la casa familiar. La abuela octogenaria, que nunca ha salido de su selva, nos ofrece un poco de elote comaleado. No habremos entendido lo que nos dice porque desconocemos esas palabras, pero, en cuanto nos lo expliquen, sabremos que se refieren a una mazorca de maíz (elote) hervida y pasada por la plancha (comaleada). En este caso, no ha habido un problema de referentes, sino de léxico: en los distintos dialectos de una lengua puede haber diversidad de términos para el mismo referente, como es el caso del maíz en español, que también se llama elote y choclo.

Ahora imaginemos otro problema de comunicación muy distinto. Después de comernos nuestro elote, como la señora es muy simpática, quizá queramos contarle algo que no podemos quitarnos de la cabeza: al llegar a México, en el control de pasaportes del aeropuerto, hemos conocido a una influencer que seguimos por Instagram y nos ha invitado a un evento online que está organizando a nivel mundial para lanzar unos nuevos stickers que va a incorporar WhatsApp a su repertorio. Si le contamos esta historia a una mujer octogenaria de la Sierra Lacandona o de cualquier parte del mundo, es más que probable que no entienda una palabra de lo que hablamos, pero no solo porque desconozca palabras como influencer, sino, sobre todo, porque desconoce su referente: no sabe lo que es un influencer ni Instagram, en su mundo no existen los eventos online, jamás ha visto un sticker ni utiliza WhatsApp. Carece por completo del referente de esos términos para poder interpretar lo que le estás contando.

La función referencial del lenguaje, es decir, la de hablar del mundo desde un contexto y unos referentes compartidos, se percibe continuamente. Por ejemplo, pensemos en la diferencia de referentes que tiene la palabra hombre y que todos nosotros compartimos para ser capaces de interpretar bien frases como "se defendió como un hombre", "ya sabes cómo son los hombres", "está hecho todo un hombre", "la Biblia dice que el hombre es el hijo de Dios".

Cualquier texto que analicemos está repleto de referentes, pero los ejemplos más claros que podemos buscar para destacar en nuestro comentario serán la alusiones al tiempo ("hoy día", "en el pasado"), al espacio ("aquí", "en Cataluña"), a instituciones o cargos ("la monarquía", el presidente de la Xunta") o nombres propios de cualquier tipo ("Disney", "Picasso", "Keppler", "Iron Maiden").

En nuestro texto, podemos encontrar numerosos referentes ("Jesús", "revistas femeninas", etc.), pero los más sencillos de señalar son elementos de contexto como "WhatsApp", "La otra noche" o "esa semana".

Dos funciones difíciles de distinguir: expresiva y apelatativa

Un perrito envuelto en una manta
Pixabay/ Free-Photos. Mascota (Pixabay License)

Sin duda, dos de las funciones más importantes del lenguaje son la de expresar nuestras ideas, opiniones y sentimientos e, indisociable de esta, la de lograr convencer, conmover o manipular a los demás. Es decir, expresar mis pensamientos y emociones (función expresiva) y lograr influir en lo que los demás piensan, sienten o hacen (función apelativa) son dos de los usos más habituales del lenguaje. ¿Por qué frecuentemente nos cuesta distinguir una de otra dentro de los textos? Porque es totalmente habitual que ambas estén presentes en un mismo fragmento. Si yo, por ejemplo, digo "esas pobres mascotas maltratadas y abandonadas merecen un hogar", estoy haciendo uso de las funciones expresiva y apelativa simultáneamente porque, a la vez que expreso mi opinión, intento convencer al otro de que adopte un perrito.

¿Dónde puedo señalar función expresiva? En cualquier frase en la que un autor exprese su opinión o sus emociones. ¿Dónde aprecio apelación? Allí donde note que el texto quiere convencerme, conmoverme, interpelarme, llamarme a la acción...

En nuestro texto la opinión de la autora (función expresiva) se manifiesta claramente al final: "Pero para pavazo, el nuestro. Había en ese rebuzno y ese bramido más alma, más corazón y más vida que en todos los besos, besitos y besazos que había enviado y recibido yo en esa semana. Ahí lo dejo". En esta misma frase, sin duda, se presenta también la función apelativa, que se manifiesta claramente en dos momentos: al usar la 1ª persona del plural para incluir al lector en el problema ("nuestro") y con el cierre "Ahí lo dejo", que es una forma coloquial de pasar el testigo, es decir, de apelar al lector para haga su propia reflexión sobre la cuestión.

Función poética

Algo que también nos caracteriza como especie, además del uso del lenguaje, es la inclinación natural para el arte: desde que el hombre es hombre, aparecen manifestaciones artísticas. Dicho en otras palabras, el gusto por la belleza, la estética, la retórica, es inherente a nuestra naturaleza. Por eso, el lenguaje humano es indisociable de existencia de la retórica y la poesía. No solo nos gustan los alardes lingüísticos sino que, como dijimos en el recurso sobre el ensayo, la retórica tiene más fuerza comunicativa que la exactitud. El buen orador o escritor, sin duda, hará uso de numerosas figuras retóricas que embellezcan y den fuerza a su texto. Esto es la función poética del lenguaje.

Por tanto, analizar la función poética consiste en identificar las figuras retóricas presentes. A continuación tienes una lista de las más frecuentes:

  • Metáfora: nos referimos a algo utilizando otra término con el que guarda alguna relación identificable → ¡Córtate esos mejillones, por favor! (señalando una mano con uñas descuidadas)
  • Símil: comparamos dos términos semejantes → ¡Tienes las uñas como mejillones!
  • Personificación: atribuimos rasgos o acciones humanas a algo que no lo es → Tus uñas tienen que darse un buen baño de espuma.
  • Hipérbole: es una exageración → ¡Más que uñas, tienes garras de águila"
  • Enumeración: se trata de nombrar una lista de elementos → Tienes las uñas largas, gruesas, duras, rotas, negras y llenas de roña.
  • Paralelismo: es similar a la enumeración, porque repetimos una misma estructura → Te vas a dar un baño, te vas a lavar el pelo y te vas a cortar las uñas antes de comer.
  • Polisíndeton: de nuevo, una figura similar a las dos anteriores que consiste en repetir el mismo nexo → Como sigas así, yo mismo te voy a cortar las uñas. Y el pelo. Y la paga.
  • Asíndeton: al contrario que la anterior, esta figura supone la ausencia de nexo → No discutas: deberes, baño, uñas, cena, cama.
  • Pregunta retórica: se lanza una pregunta que nos interpela pero que no busca ser respondida → ¿Habrá alguien en el mundo con unas uñas más cochinas que estas?
  • Ironía: se dice lo contrario de lo que se pretende, pero de tal forma que se insinúa su interpretación correcta → ¡Vaya uñas de príncipe me llevas!
  • Derivación: presencia muy abundante de una familia léxica (palabras con misma raíz) en el texto con efectos retóricos → Uña, uñita, uñaca, pezuña, ungulado, uñada, uñoso, uñeta, uñarada, uñero.
Fotografía de cáscaras de mejillón
Pixabay/ Joycemay. Uñas (Pixabay License)

En nuestro texto encontramos muchas de las anteriores. De hecho, hay ejemplos de todas menos de la pregunta retórica y asíndeton: metáfora ("El beso es el nuevo negro de la relaciones sociales"), símil ("como si fueran las huellas de nuestro paso en la tierra"), personificación ("había en ese rebuzno más alma"), hipérbole ("habrá enviado y recibido besuqueos varios de medio planeta"), enumeración ("son su pareja, sus padres, sus hijos y sus amigos"), paralelismo ("que nos aplaudan, que nos quieran, que nos besen"), polisíndeton ("Y en esas se nos va pasando el arroz. Y la pasta. Y la vida."), derivación ("besos, besar, besuqueos, besitos, besazo, besadores, besados, Bss") e ironía ("Jesús estaría contento. Cada vez nos amamos más los unos a los otros [...] amor con amor se paga"). En este texto, incluso, aparte de la personificación, podríamos hablar de una animalización: "escuché de pasada a mi hija de 14 años rebuznarle a...".

    Veamos este párrafo de análisis de funciones todo integrado para nuestro comentario:

    Además de la función referencial, presente en ejemplos como "Jesús" o "WhatsApp", es palpable la intención que tiene la autora de expresar su opinión en frases como "Pero para pavazo, el nuestro". Con esta función expresiva se solapa también la apelativa para para ponernos sobre alerta y hacernos conscientes del peligro de que "se nos va pasando el arroz. Y la pasta. Y la vida". Por último, observamos la función poética en el uso de figuras retóricas, tales como metáfora ("El beso es el nuevo negro de la relaciones sociales"), símil ("como si fueran las huellas de nuestro paso en la tierra"), personificación ("había en ese rebuzno más alma"), hipérbole ("habrá enviado y recibido besuqueos varios de medio planeta"), enumeración ("son su pareja, sus padres, sus hijos y sus amigos"), paralelismo ("que nos aplaudan, que nos quieran, que nos besen"), polisíndeton ("Y en esas se nos va pasando el arroz. Y la pasta. Y la vida."), derivación ("besos, besar, besuqueos, besitos, besazo, besadores, besados, Bss") e ironía ("Jesús estaría contento. Cada vez nos amamos más los unos a los otros [...] amor con amor se paga"). En este texto, incluso, aparte de la personificación, podríamos hablar de una animalización: "escuché de pasada a mi hija de 14 años rebuznarle a...".

    Sigue con el comentario que empezaste en el epígrafe 1

    Funciones del lenguaje y figuras retóricas. Analiza estas funciones:

    • Referencial. Busca referencias del tiempo o el lugar sobre el que se está hablando, sustantivos que nos ubiquen en el tema, nombres propios, o cualquier otro referente que le permita al lector entender bien el contexto de lo que lee y anótalo aquí como ejemplos.
    • Emotiva. Localiza frases o fragmentos donde el autor exprese opiniones personales, sentimientos o emociones y anótalas.
    • Apelativa. Localiza frases o fragmentos donde el autor esté intentando avisar al lector de algo, producir un sentimiento en él, convencerlo o llamarlo a la acción. Anótalos.
    • Poética. Aunque escasas, encontrarás figuras retóricas. Busca ejemplos de:
    •       Una metáfora en una frase hecha.
    •       Una enumeración con un paralelismo en ella.
    •       Otra enumeración.